Manuel Valls quiere estar en misa y repicando. El probable candidato de Ciudadanos para disputarle la alcaldía de Barcelona a Ada Colau ya fue noticia hace unos días cuando se hizo difusión de su romance con una rica heredera catalana. Y unionista, para más detalles. El político catalano-francés lleva unos últimos tiempos agitados en el terreno sentimental. Después de dejarlo estar con su mujer, la violinista Anne Gravoin, empezó una relación con la colega Olivia Gregoire. Hasta que conoció a Susana Gallardo.

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GTRES

La burguesa es la heredera de los laboratorios Almirall y ex del fundador de Pronovias, Alberto Palatchi. Y como detalle, es la autora de un vídeo "peculiar", por decirlo de alguna manera, donde se la ve el 1 de octubre yendo a votar a diferentes colegios electorales y haciendo burla del independentismo.

Se conocieron a principios del verano y no se han separado desde entonces: Menorca, Marbella, conciertos, playa... No se han privado de nada. Y delante de los ojos de todo el mundo.

Una relación que algunos, como la revista francesa de cabecera, Paris Match, han visto como "oportuna": "Susana Gallardo, la mejor aliada para el nuevo proyecto político de Valls, tiene una agenda que podría convertirse en un activo innegable para el candidato a la alcaldía de Barcelona". La publicación acusa directamente a Valls de ponerse bien para tener una relación con otros intereses, más allá de los que afectan al corazón. No sólo eso, sino que publicó en portada unas fotos de la pareja en actitud cariñosa en una piscina de un hotel de la localidad andaluza propiedad del empresario Félix Revuelta, con quien también se le relaciona. En la tumbona se ve a Valls de cara al sol, y a Gallardo haciéndole sombra a él.

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Paris Match

Y eso ha molestado a Valls. Verse con los brazos tras la cabeza, mientras su nueva pareja le hace caras de complicidad no le ha gustado nada y ha contraatacado: ha pedido a sus abogados que presenten una querella por un ejercicio "innecesariamente intrusivo e irrelevante de su vida privada", ya que según dice, la noticia de las relaciones íntimas con Gallardo sólo tiene un interés "malsano", con un efecto imprevisible en sus aspiraciones políticas en Catalunya. A Valls le escuece verse en bañador y leer que su pareja "es la mejor compañera para la conquista de Barcelona", o que él sea uno de los políticos menos valorados de Francia, según una encuesta del Instituto Francés de Opinión pública que también subraya Paris Match.