Pilar Rahola ha entrevistado, desde Argentina, uno de los rostros catalanes más importantes del mundo de la ópera: Josep Carreras. El tenor de 78 años nacido en el barrio de Sants de Barcelona que ha llenado estadios con su voz lírica, ha recibido ovaciones de más de una hora en sus espectáculos, ha compartido escenario con Montserrat Caballé, Pavarotti y Plácido Domingo y es uno de aquellos nombres con una trayectoria y una vida digna de ser recordada. Dos catalanes con mucha estima por su casa, Catalunya, y por su idioma, el catalán, se han encontrado en Argentina, bien lejos de su casa, en una lengua que no es la suya, para recordar, con el mismo protagonista, todos los capítulos de la vida de Josep Carreras. Su infancia, los inicios en el mundo de la música, su carrera y todos sus éxitos, el diagnóstico de su enfermedad, la lucha por su familia, los hijos y los nietos.
Josep Carreras recordaba sus raíces y todas las veces que de bien pequeño ya mostraba su talento cantando en la peluquería de su madre o visitando el Liceu de Barcelona cogido de la mano de su padre. Unos años después, con once, debutó empezando una carrera artística que lo hizo actuar por todo el mundo y acompañado otros iconos de la música como Montserrat Caballé, con quién formó un vínculo tan fuerte que se consideraban familia y también se rigió en la pura disciplina por su voz cuando actuó con Pavarotti y Plácido Domingo, tres tenores históricos. Su vida dio un giro de 180 grados cuando, el año 1987, le diagnosticaron cáncer. Así se lo explicaba a Pilar Rahola: "Yo estaba filmando la película de La bohème y me encontré suficientemente mal como para ir al hospital para ver cómo están las cosas, porque debido a una infección dentaria, parecía que yo tenía un problema de no sé... me dieron antibióticos, pero al cabo de dos días tuve que ir al hospital para que me dieran un diagnóstico... Y el diagnóstico fue este, leucemia linfoblástica aguda. Y desde el primer momento, ¿qué piensas?, oh pobre de mí, oh porque a mí... No, desde el primer momento los médicos te hablan de posibilidades, de curación, de superar la enfermedad. Entonces uno piensa, bueno, si hay una en un millón, esa es la mía. Yo voy a luchar, voy a ser determinado, voy a ser un paciente, el más disciplinado que pueda haber para intentar ganar la batalla" explicaba el tenor.
Josep Carreras estuvo en tratamiento nueve meses con muy pocas posibilidades de recuperarse:"Hablaban de un 10% de posibilidades, y bueno, estaba en las manos correctas. (...) Cuando vi que la persona que venía a visitarme, el doctor que venía a verme, a dar su opinión y era uno de los doctores más importantes, pensé, esto va en serio" El tenor no le habla a Pilar Rahola de suerte o milagros, él recuerda y menciona el gran equipo médico que lo ayudó, pero también habla de todo el amor que recibió durante el tratamiento, su verdadero motor para superar la leucemia: "Tuve la gran fortuna, independientemente de tener un equipo médico fantástico, del apoyo de la familia, de los amigos, de esta cantidad de gente anónima que me escribía mensajes y cartas, fue extraordinario, yo no quería decepcionar, estar personas, yo no quería yo tenía que vencer la batalla" Es entonces, cuando Josep Carreras menciona a la familia, que Pilar Rahola deja atrás la parte de artista y le pregunta por el ser humano que se esconde detrás del tenor.
La periodista catalana le pregunta cómo pudo combinar su carrera artística a la hora de formar a una familia. Josep Carreras es padre de dos hijos, Júlia y Albert, y así vivió su crianza:"No se puede compaginar como uno quisiera, lo que tienes que intentar es... Yo tenía un principio, si les decía el jueves 14 estaré en casa, estaba en casa. Intentaba siempre cumplir los plazos y que ellos pudieran sentir que yo me preocupaba por ellos, aunque yo estuviera fuera once meses al año" Seguidamente, le explica una anécdota que sirve de ejemplo para entender cómo vivía la distancia con los avances de su hijo:"El primer día que mi hija Júlia empezó a sumar, yo estaba en Tokio, una llamada de cuarenta minutos, por teléfono pude saber que Júlia empezaba a sumar"
Después de recordar toda su trayectoria, y dar alguna pincelada sobre algunos de sus amores, Josep Carreras hablaba así del presente, y de su debilidad, sus nietos:"Ahora soy un hombre feliz, con mis hijos, con mis nietos, no olvidar los nietos... Tengo cinco, Albert tiene dos chicas, una de ellas ya en la universidad, la otra a punto, y Júlia tiene tres dos chicos y una chica, familias normales que funcionan de la mejor manera, y con este amor que tenemos entre nosotros, que es importante"
Una conversación a los 78 años que hace emocionar a Pilar Rahola en muchos momentos y que, igual que su voz, traspasa la pantalla y llega al corazón de todos los espectadores.