Pocas series españolas han demostrado que el dinero no solo se gana actuando, sino repitiendo. La que se avecina es el mejor ejemplo de cómo un producto televisivo puede convertirse en una máquina de generar ingresos para actores, productores y cadenas más allá de los rodajes. Y el propio Jordi Sánchez, conocido por interpretar a Antonio Recio, lo dejó claro en una frase que ha redefinido el debate: “Un actor puede llevarse 50.000 euros al año solo por reposiciones”. Ese dato es, en realidad, el centro de una realidad poco explicada: la televisión en abierto, cuando funciona, imprime billetes.
Desde su estreno en 2007, La que se avecina no ha dejado de emitir capítulos, reposiciones y maratones en prácticamente todas las franjas imaginables. Son 178 episodios, pero el número real de pases supera con holgura cualquier lista tradicional. Solo los capítulos comprendidos entre la temporada 7 y la 12 acumulan más de 15.500 reposiciones entre FDF, Telecinco y otras cadenas. Y ahí ni siquiera entran las plataformas como Amazon Prime Video o Disney+, que también tienen los derechos y multiplican la exposición del producto. Ese volumen masivo de emisiones, que no ha disminuido en casi dos décadas, explica por qué los ingresos por derechos de imagen son tan elevados. No se trata de éxito puntual: es economía a largo plazo.
El efecto económico de las reposiciones
La ley de propiedad intelectual lo establece con claridad: cada vez que un capítulo se emite, los actores reciben dinero. Y en esta serie, la frecuencia de emision es tan alta que, según representantes consultados por distintos medios, las ganancias anuales oscilan entre los 20.000 y los 50.000 euros solo en derechos. No importa si ya no están en la serie, no importa si hace años que la grabaron, el cheque llega igual, porque los espectadores no se cnsan de reir con una serie que ha marcado la historia televisiva española.

La diferencia está, claro, en el peso del personaje. Alguien episódico gana menos; un personaje fijo entra directo en la franja alta. Y hay quien gana incluso por duplicado: actores como José Luis Gil, presentes también en Aquí no hay quien viva, reciben ingresos de ambas series.
Los salarios por capítulo, un terreno más discreto
Del salario real por episodio se sabe poco. Son cifras privadas y no están sometidas a controles públicos. Algunas voces, como Mariano Alameda, han explicado que en Aquí no hay quien viva cobraba entre 2.000 y 3.000 euros por capítulo, referencia que permite estimar una cifra similar —aunque algo superior— para los protagonistas actuales de La que se avecina.
Así pues, si alguien quiere entender por qué esta serie sigue siendo una mina económica, basta con mirar los números: rodar da dinero, pero repetir, en este caso, da muchísimo más.