A principios de septiembre, la vida de Antonia San Juan dio un giro inesperado. La actriz canaria, reconocida por su talento y su personalidad arrolladora, fue diagnosticada de cáncer, una noticia que la llevó a anunciar un retiro temporal de la vida pública. Sin embargo, fiel a su carácter fuerte y a su espíritu independiente, Antonia ha decidido no dejar que la enfermedad la defina. En lugar de encerrarse, ha elegido continuar activa, compartiendo su día a día con naturalidad y manteniendo vivo su amor por la interpretación.

Durante estos meses, ha intentado seguir trabajando siempre que su salud se lo permite. Lejos de esconderse, ha reaparecido en varios espacios televisivos como el Late Xou de Marc Giró y en la Gala Break On Time 2025, donde ha hablado con absoluta honestidad sobre su proceso de recuperación. En una de sus intervenciones, explicó que convivir con una enfermedad como la suya requiere aprender a integrarla en la rutina: no convertirla en el centro de todo. En sus palabras, “una cosa es estar enferma y otra es vivirlo. No hay que vivirlo, hay que compaginarlo”. Para ella, la vida continúa, y solo hay dos caminos: rendirse o seguir adelante.
Antonia utiliza sus redes sociales como un espacio personal donde expresa lo que siente, sin filtros ni pretensiones. Publica reflexiones, fotografías y pequeños fragmentos de su día a día, a modo de diario emocional. Aunque muchos de sus seguidores encuentran inspiración en su actitud, la actriz insiste en que no busca ser un ejemplo ni una figura pública asociada a la enfermedad. “No lo hago con ninguna finalidad”, ha explicado, asegurando que compartir su experiencia le sirve únicamente para desahogarse y sentirse acompañada. De hecho, ha rechazado varias propuestas para convertirse en imagen de campañas o asociaciones, porque —según ella misma— no quiere ser “la cara del cáncer”, sino simplemente Antonia San Juan, la actriz.
Antonia San Juan no quieren que sientan pena por ella
Con su habitual franqueza, también ha dejado claro que no se identifica con etiquetas como “luchadora” o “guerrera”. Prefiere hablar desde la realidad, sin dramatismos ni heroicidades. “Podría haberme quedado en casa cultivando la enfermedad y lamentándome, pero no es mi caso. No me gusta lo de ser una guerrera, yo soy una actriz trabajando”, ha afirmado.
A pesar de los altibajos que implica el tratamiento, San Juan sigue encontrando en su profesión la mejor terapia. En una de sus últimas apariciones, confesó que volver al trabajo después de todo el proceso ha sido una de las mayores alegrías de su vida. “Estoy feliz de estar rodando, de tener proyectos. No quiero convertirme en un símbolo de nada, porque el mayor premio que puedo recibir, estando enferma, es poder seguir haciendo lo que amo”.
Antonia San Juan está viviendo un momento difícil, sí, pero lo hace con una entereza tranquila y sin renunciar a su esencia. Frente al dolor, elige la vida. Frente al miedo, elige el trabajo. Y frente a los clichés, elige ser, simplemente, ella misma.
