La resaca de la Diada va dejando víctimas colaterales en abundancia. Principal y curiosamente, muchas de ellas no tenían nada que celebrar el Onze de Setembre. No sólo es que no tuvieran, es que tampoco querían. El "pinchazo", el fin del "suflé" y la reunión de 4 gatos (según la prensa unionista) que llenó las calles de Barcelona, sin embargo, tuvo un efecto hipnótico y adictivo entre la tropa de la "piel de toro": No podían dejar de mirarla, criticarla y tuitear contra ella. Una corriente inquisitorial que no es nueva, cierto, pero que cada vez desbarra más, y más, y más. Un buen ejemplo lo encontramos a raíz de un vídeo compartido por Jair Domínguez, en el que se reproducía el acto simbólico de un grupo de personas que renombraron la Plaça d'Espanya, epicentro de los actos del 11-S, por la plaza del 1-O. Un gesto, una pequeña performance, un detalle. Con eso ya hay suficiente para la barra libre ultra y absurda.

Jair Dominguez Sant Jordi @jairdominguez

Jair Domínguez @jairdominguez_

La retahíla de tonterías que acompañan a la grabación en cuestión es de vergüenza ajena. Quizás el unionismo estaba más preocupado de lo que dicen sus portavoces mediáticos para|por las 600.000 personas (según la Guardia Urbana) que salieron a la calle. Tan preocupados que ni tan solo se detuvieron a analizar la intencionalidad de Domínguez, que el día antes había hecho otro tuit crítico con el estilo de las movilizaciones de los últimos tiempos. No importa. La cuestión es gritar muy fuerte y ser el más español de todos. Una rabia infantil que incluso ha vuelto a sorprender a Jair, que compartía otro mensaje contundente: "Qué frágil es el concepto España... y qué miedo les da el futuro"

Cambio nombre plaza espanya @sempresaludava

@sempresaludava

Puestos a escoger, mejor seguir saliendo a la calle y expresar las ideas de forma festiva que pasarse el día en la cueva refunfuñando y criticando al resto del mundo que, ¡oh! ¡sorpresa!, no piensa como el establishment.