Cuando Carmen Cervera, la futura baronesa Thyssen, fue coronada Miss España en 1961, el país celebró con orgullo a su reina de belleza. Lo que pocos sabían es que, tras los focos, el glamour y la aclamación pública, se ocultaba un entramado de intereses que poco tenía que ver con el empoderamiento femenino. Más de seis décadas después, el certamen que la catapultó al estrellato vuelve a estar en el centro de una tormenta mediática que amenaza con desmoronar su ya frágil reputación.

Lo que parecía ser un trampolín hacia la fama, la elegancia y los sueños cumplidos, está revelándose, poco a poco, como una maquinaria bien engrasada para la explotación encubierta. El certamen de Miss Mundo 2025, celebrado en Hyderabad, India, ha puesto al descubierto una oscura realidad que lleva décadas funcionando bajo el manto de la perfección y la sonrisa eterna. La renuncia de Milla Magee, representante de Inglaterra, ha sido el detonante de una tormenta mediática sin precedentes. Magee, con voz firme y mirada desencantada, denunció: “Me enviaron a Miss Mundo para entretener a hombres”.

“Solo les importa el dinero, no si estamos vivas o muertas”

Apenas unas horas después del anuncio de Magee, Rachel Gupta, ganadora de Miss Grand International 2024, se unió al coro de denuncias. En un mensaje difundido en sus redes sociales, la modelo confirmó su renuncia y describió la experiencia como un infierno disfrazado de glamour. “A la organización solo les importa el dinero”, afirmó sin rodeos, “no les importa si vivo o muero”, agregó.

Pero fue en España donde el eco de estas declaraciones encendió la mecha del escándalo más sórdido. Verónica Hidalgo, quien ostentó la corona de Miss España 2005, se atrevió a romper el silencio en el plató del programa Tardear. Hidalgo narró un episodio ocurrido durante su año de reinado que, según ella, jamás pudo olvidar. “Era un día libre que tenía yo”, comenzó. “Y a las 3 de la tarde me llaman de la organización para decirme que te tienes que poner guapa, que esta noche tienes una cena”. Lo que no sabía era que esa cena “de trabajo” consistiría en compartir mesa con más de treinta hombres desconocidos, en un ambiente que se tornó turbio con el paso de las horas.

Proposiciones por dinero: el lado oscuro de los reinados de belleza

El relato de Hidalgo se volvió cada vez más perturbador. “Pasamos la cena como pudimos y al final, bueno, pues una copa, otra copa… se te acercan, te dicen, te ríen…", contó. "A mí en esa cena dos personas me ofrecieron irme al hotel con ellos. Uno me ofrecía 5.000 euros por pasar la noche con él y otro me dijo que le pidiera lo que yo quisiera", señaló. Este tipo de prácticas, lejos de ser anecdóticas, parecen formar parte de un sistema estructurado de silencios, favores y manipulación que ha infectado los certámenes de belleza desde hace décadas. Lo más inquietante es que muchas de estas situaciones, según denuncian varias exconcursantes, eran orquestadas por las mismas organizaciones que se suponía debían protegerlas.

Verónica Hidalgo
Verónica Hidalgo

Mientras crece el número de voces que se atreven a hablar, la legitimidad de eventos como Miss Mundo y Miss España comienza a tambalearse. Lo que durante décadas fue sinónimo de elegancia y prestigio internacional, hoy se ve manchado por acusaciones que apuntan a una realidad mucho más oscura: la cosificación sistemática de mujeres jóvenes a cambio de fama y dinero.