Si yo les pregunto cuál ha sido el protagonista televisivo de la semana, nadie tendría ningún tipo de duda: Gabriel Rufián.

ACN

Desde hace un tiempo, una sesión en el Congreso de los Diputados se ha convertido en una especie de plató televisivo al estilo de Sálvame, El chiringuito o alguno de estos programas. Las descalificaciones, los aplausos, las broncas y el circo mediático han convertido el Hemiciclo en una sit com, un culebrón o una serie de Netflix con intrigas y acusaciones. Uno de los personajes centrales es el diputado de ERC, a quien Ana Pastor expulsó de la Cámara Baja. Alguien que ha reconocido públicamente que "no estaría aquí sin la televisión. Me siento muy orgulloso de haber ocupado un espacio mediático que antes no teníamos y de hablar como la gente habla". Son palabras que ha hecho en un test televisivo con la periodista Mariola Cubells para el diario Huffington Post. De hecho, Rufián no entiende que haya políticos "que van a los platós de television sin prepararse ni tener ni idea de quien tienen delante".

Huffington Post

En una entrevista previa a lo que pasó el miércoles con el ministro Borrell, el político ha tirado de la ironía que le caracteriza a la hora de escoger sus respuestas, peinando de paso a muchos de los que son su némesis con respecto a colores políticos. Por ejemplo, eso ha quedado claro cuando ha reconocido que consume algunos productos televisivos y radiofónicos única y exclusivamente por motivos profesionales: "Forma parte de mi trabajo ver según qué programas que no vería. Por ejemplo, tengo la COPE puesta todo el día en mi casa". O cuándo le han preguntado sobre quién son las Kardashian patrias y él ha dicho: "Lo fácil sería decir las Campos, ¿no? Pero políticamente, Cospedal y Soraya".

GTRES

Rufián ha dejado salir, sin embargo, toda su mofa cuando le han planteado una pregunta con cuatro respuestas posibles. Un estar entre la espada y la pared con cuatro posibilidades donde Rufián ha tenido que escoger la menos mala de lo que le ofrecían. "Tienes que elegir entre: participar en Gran Hermano VIP, ser tertuliano oficial de un programa con Javier Cárdenas, hacer un reality con tu mayor oponente político o sentarte a esperar la muerte en una cuneta". Respuesta: "Hacer un reality con Albert Rivera". Seguro que Paolo Vasile, el rey de la cadena televisiva de los realities por excelencia, ya ha tomado nota y está dispuesto a tirar de talonario para tratar de convencer a los dos y reventar los audímetros.

Efe

Probablemente Rufián se debe tomar todo lo que hace o dice Albert Rivera a broma. Mientras que el líder naranja debe considerar a Rufián como un bufón. Hablando de humor, sorprende la respuesta del político republicano cuando le preguntan por un programa que hace reír a todo el mundo, pero no a él: "El intermedio", ha dicho de manera lacónica. "Me cuesta".

La Sexta

No le costaba tanto ver otros espacios que han marcado su pasado como espectador televisivo, como El bosque de Tallac, con los ositos Jackie y Nuca ("Tuve un peluche que aún conservo que era uno de los dos osos, el marrón, que ahora lo tiene mi hijo"). Ahora que para dibujos, Bola de dragón, y su personaje preferido, Son Goku, "sin ninguna duda es el único Dios que reconozco. Murió por todos nosotros". Claro está que quien quería ser hace unos años no era él, sino Michael Knight, el conductor de El coche fantástico interpretado por David Hasselhoff.

Dice que en este país haría falta una serie que explicara de manera mucho más realista a cómo nos han explicado la Transición, que el programa más freakie de tele que recuerda es el Amor a primera vista (una especie de First Dates de TV3 de hace muchos años) y ha hecho otra curiosa confesión. Cuestionado sobre quien era Makoke, dice: "La mujer de Coto Matamoros. No! Del hermano, ¿cómo se llama...? Cote. No! Kiko!! Mira que antes me escribía mogollón de mensajes de Twitter muy enfadado con que rompía España y todo esto. Yo no le contesté nunca". Puedes ver sus reflexiones sobre la TV cliqueando en la foto:

Huffington Post

Rufián no sería lo mismo sin la tele. Y probablemente, la tele sin Rufián tampoco.