La concepción del Festival de Eurovisión ha ido variando con el paso del tiempo. El prestigio y la calidad musical, parecen quedar en un segundo plano en beneficio de los amiguismos entre países y actuaciones, en ocasiones, estrambóticas.

Puestas en escena como la de Chikilicuatre el año 2008 en el certamen celebrado en Belgrado, parecían impensables años atrás. El Chiki-Chiki, sin embargo, no es un caso aislado en las últimas ediciones.

Buranovskiye Babushki – Party For Everybody (Rusia)

Este simpático coro de yayas es un claro ejemplo de cómo han cambiado los criterios y las apuestas de los países a la hora de escoger a un representante para el festival. Unas abuelas con vestidos tradicionales rusos cantando una canción electrón-pop. Parecía que la cosa no tenía ni pies ni cabeza. A Rusia, sin embargo, no le salió mal la jugada, ya que en la edición del 2012 quedó en segunda posición.

Alf Poier – Weil der Mensch zält (Austria)

Tras un título filosófico, "el Hombre es la medida de todas las cosas", aparecía una melodía más propia de cuento infantil, acompañada de una coreografía que podríamos calificar de poco elaborada. Era el año 2003 y todavía no estábamos acostumbrados a actuaciones de este tipo. A pesar de eso, Poier quedó sexto, dos posiciones por delante de la catalana Beth y su Dime.

Dustin The Turkey – Ireland Douze Point (Irlanda)

Cuando parecía que el año 2008 la cuota de surrealismo había alcanzado su índice más elevado con Chikilicuatre, nos chocamos con esta actuación de Irlanda. Más allá del presuntuoso título, la canción llama la atención por su protagonista: un pavo en forma de títere. Lejos de ganarse el visto bueno del público, la desbaratada puesta en escena fue silbada e Irlanda eliminada a semifinales.

Zdob Si Zdub – Boonika Bate Toba (Moldavia)

Otro ejemplo que no cuajó y quedó fuera a las semifinales. La mezcla de la -mala- imitación al vocalista de Red Hot Chili Papers con una abuela con un tambor en el mismo escenario no cautivó al público. No les votó a nadie.

Verka Serduchka – Dancing Lasha Tumbai (Ucrania)

Una especie de versión del este de King África quedó segunda en el festival del año 2007. El vestuario, a caballo entre el futurismo y el papel de aluminio, deja en segundo plano una canción "electrónica" (por ponerle un género), que inexplicablemente enamoró al público.

Estos son sólo algunos ejemplos de lo que hemos podido ver durante las dos últimas décadas. ¿Quién nos va a sorprender este año en Kiev?