Luis Rubiales está en el centro de todas las miradas. Su comportamiento inaceptable y machista han provocado que la lucha feminista se reavive y que lo haga por todo el mundo. La repulsa a Rubiales se siente en todas partes, de una punta a la otra del planeta. Su madre, ciertamente, ha ayudado a convertir lo que era un escándalo agrio en un circo surrealista. Uno que interesa tanto a cadenas y diarios de todo el mundo que envían profesionales a la puerta de la iglesia donde se ha atrincherado, en Motril, encerrada por tercer día en huelga de hambre. Poco cambiará la pobre mujer, a la que no convencen de dejar su delirio, Luis está acabado. Y todo gracias a la reacción de la sociedad, que parece mejor ahora que antes del maldito beso a Jennifer Herrmoso. Pero desgraciadamente no es así. El machismo, y concretamente el que afecta al deporte femenino, tiene muchas caras. En Valencia, la nueva Valencia de PP y VOX, lo acabamos de ver.

Los populares y los ultras de extrema derecha han conseguido la Comunidad Valenciana, y se han puesto manos a la obra para volver atrás en el tiempo a velocidad de vértigo. El pepero Carlos Mazón y el torero Vicente Barrera de VOX son presidente y vicepresidente de la Generalitat, una dupla que promete tardes de gloria para la caverna. No tenemos ni idea de lo que opinarán sobre el escándalo Rubiales, pero si nos guiamos por lo que dicen sus partidos en Madrid, nos moveremos entre el oportunismo de unos y la solidaridad de los otros. Nunca, claro, ningú movimiento, gesto o vestigio de alguna cosa parecida a la denuncia feminista ni, evidentemente, al apoyo a Hermoso. A la jugadora, al deportista. A la mujer. Es impensable.

Barrera y Mazón EFe
Vicente Barrera (VOX) y Carlos Mazón (PP) / EFE

PP y VOX humillan a atletas españolas en Valencia

¿Quieren una prueba del desprecio que impera sobre el deporte femenino y las que lo practican? Pues la recepción oficial a las subcampeonas del mundo de gimnasia rítmica en la sede de la Generalitat Valenciana. Consiguieron una plata en la final de aros, y lo hicieron precisamente en la capital del Turia. Un éxito. Que las reciban en Palau está muy bien, solo faltaría. Se lo han ganado. Ahora bien, lo que no tiene un pase y es una muestra de machismo, de descortesía y de tener muy pocas luces es la fotografía resultante. Esta.

La foto más patética, ellas de rodillas

Efectivamente: vemos a los políticos, mandatarios, asesores y etcétera de pie, y a las deportistas de rodillas. Duele ver la foto, vuelve Gilead a la vida real. Es absolutamente humillante para las atletas y para las mujeres, aparte de mostrar una imagen patética de la institución pública. Es penosa, de otro siglo, pero sobre todo de otro planeta. La red ha quedado con los ojos como platos, aunque también hay cierta resignación. España es lo que es. Y cambiarla costará años y años, el camino será largo y tortuoso. Por ejemplo, lo que dice Natza Farré: "No hay nada que hacer. Nada".

Rubiales es uno más de la cadena. De una cadena larguísima. Hay que tirar de ella fuerza sobrehumana.