El lunes por la noche TVE organizó su debate electoral para el 28-A y fue un auténtico fracaso de participación y share: audiencia muy pobre de un 4,4% para el prime time de la 1. Y sólo un cabeza de lista fue: Jaume Asens de los Comuns. O dos si contamos a Laura Borràs que es la número 2 de JxCat porque tiene al 1 en prisión. El candidato sorpresa, por su discurso marciano, fue Jordi Roca, número 1 del PP por Tarragona. Las encuestas le dicen al señor Roca que es más que probable que en lugar del Congreso de los diputados acabe en su casa, en Can Roca. El PP se mueve entre cero y dos diputados en toda Catalunya. Roca tuvo su minuto de fama. Es el calvo de la izquierda de la foto:
TVE (clica la foto para ver el momento en el minuto 18:30)
@jordiroca
Jordi Roca recitó de memoria el argumentario del PP para esta campaña. Primer punto: atacar TV3. Como su compañera de lista en Barcelona, Cayetana, marquesa de Casa Fuerte, que se pasó media entrevista en TV3 discutiendo de TV3 con Lídia Heredia. El momento estelar del debate no fue el llamado minuto de oro, aquel en que el candidato pide el voto, sino el minuto 18:30. Jordi Roca, del PP (en castellano el original): "Hay un plan diseñado quirúrgicamente para cosificar al no nacionalista, al español. Por eso TV3 sutilmente ha hecho que todos los malotes de las series fueran castellanoparlantes. Y luego lo han hecho en las tertulias de deportes y humor. Con el objetivo de marcarnos para normalizar la violencia contra nosotros".
TV3
Con semejante argumento de las teleseries se le tiene que reconocer que el PP, a la desesperada, le pone imaginación. Cero diputados en algunas encuestas hacen desesperar a cualquiera. Y cualquiera que haya visto una serie de TV3 sabe que los malos han sido actores catalanes haciendo personajes catalanohablantes muy recordados: de Mateu Montsolís (Jordi Dauder) a Mercè Riera (Mercedes Sampietro). Pero al señor Roca quizás lo ha traicionado al subconsciente: el mismo lunes por la mañana quien había hablado en castellano en TV3 era otra malota: Lídia Heredia. O quizás pensaba en la otra: Cayetana Álvarez de Toledo.