Aunque algunos quizá se extrañen, Gran Hermano también tiene lugar para clases de historia. Y qué mejor que las lleven a cabo universitarios, aunque sean de doctrinas considerablemente distintas. 

La protagonista de la historia es Meritxell, una chica de 20 años del Baix Llobregat, estudiante de Infermería, que decide impartir una clase improvisada sobre el muro de Berlín a sus compañeros.

Todo viene a raíz del famoso cuadro que aparece en el interior de la casa de Guadalix: el beso que los líderes comunistas Leonidas Breznev (Unión Soviética) y Erich Honecker (República Democrática Alemana) se hicieron el año 1979 para firmar un nuevo acuerdo de relación entre ambos estados, y que está pintado actualmente en el muro de Berlín.

Meritxell se erige como conocedora de la historia del muro alemán -ninguno de los compañeros afirma saber nada al respecto- y lo explica de una forma peculiar. "Hubo una guerra y se construyó un muro", empieza la chica, seguramente refiriéndose a la nada desconocida Segunda Guerra Mundial. "Era un muro que separaba toda la zona de América y todo eso", continúa, para añadir que así no estaban mezclados "pobres y ricos".

Así, explica que "los obreros se hartaron y empezaron a destrozar el muro", hasta que, ahora sí, acierta: "todavía quedan restos de aquel muro". "Hubo una revolución increíble", concluye Meritxell.

En definitiva, aunque lo que la chica cuenta no es lo más preciso, no se puede negar que le pone ímpetu y ganas.