Durante décadas, Bertín Osborne ha sido sinónimo de éxito, de escenarios llenos, de rancheras coreadas por miles y de una imagen pública impecable que parecía inmune al desgaste. Pero esa fachada de eterno conquistador musical está atravesando uno de los capítulos más complejos de su vida. La guerra abierta con Gabriela Guillén, madre de su hijo pequeño, ya no es solo un conflicto privado: se ha convertido en una grieta profunda que se exhibe en televisión, en titulares y, sobre todo, en el ánimo del propio presentador.
Todo empezó con la intención de calmar las aguas. Ambos emitieron un comunicado conjunto donde aseguraban que entre ellos no existía conflicto alguno y que todo pasaba por velar por el bienestar del bebé que comparten. Aquello sonó a tregua, a voluntad de entendimiento. Pero la realidad se ha impuesto con la crudeza habitual: lejos de suavizar la tensión, el tiempo ha demostrado que ese acuerdo no frenó nada.
Gabriela Guillén considera demandar a Bertín Osborne
La bomba llegó en el plató de ¡De viernes!, donde Gabriela, visiblemente cansada, confesó que está considerando demandar a Bertín por desentenderse de su hijo. Fue tajante: “No ha pagado nada. No se ha preocupado en ningún momento por el niño”. Sus palabras resonaron con fuerza porque no se trataba de una queja puntual, sino de un retrato del día a día. “No tengo que pedir nada —añadió—, él es quien tiene que darlo”.
Como era esperable, el entorno de Bertín no tardó en reaccionar. A través del periodista Pipi Estrada, el cantante dejó claro que está muy molesto con las declaraciones de Gabriela. Según reveló Estrada en el programa Fiesta, el presentador considera que Guillén está “aprovechándose de la situación para ganar dinero” concediendo entrevistas y alimentando el conflicto mediático.
Sin embargo, hubo un detalle que sorprendió a muchos: Estrada confirmó que el propio Bertín reconoce que no está cumpliendo económicamente, no porque no quiera, sino porque “en estos momentos no está bien de dinero”. Una frase que habría parecido impensable hace unos años tratándose de un artista que ha llenado teatros, televisión, discos y negocios paralelos. Pero la vida cambia, los ingresos también, y la imagen del cantante como figura solvente atraviesa, según su entorno, una etapa delicada.
Aun así, el comunicador no se queda de brazos cruzados. Estrada deslizó que Bertín está moviendo un proyecto importante que, de salir adelante, podría devolverle la estabilidad económica. Se trataría de algo “sorprendente” que, según sus palabras, “le traerá buenos dividendos”.
Mientras tanto, lo que queda es una batalla pública donde cada frase alimenta nuevas tensiones. Bertín intenta recomponer su vida mientras lidia con críticas, y Gabriela defiende lo que considera justo para su hijo. Entre ambos, un menor cuyo bienestar debería ser el centro de todo… aunque ahora mismo sea lo único que parece quedar en segundo plano.
