9 semanas: este es el tiempo que hace que Antonio Tejado, famoso de Telecinco y sobrino de María del Monte, duerme en la cárcel Sevilla 1 tras ser acusado de autor intelectual del asalto a la casa de su tía. Un golpe de centenares de miles de euros perpetrado por un grupo de delincuentes con el que Antonio tenía una relación demasiado estrecha. Tejado hacía años que no iba por el mejor camino, desaparecido del mapa mediático y con testimonios que hablaban de hábitos nada saludables, pero su implicación en el robo a un miembro de su sangre ha traspasado todas las líneas. Él, evidentemente, rechaza la participación y se declara inocente. Quiere salir de prisión cuanto antes mejor, aspiración que comparte con 4 únicas personas: su abogado, su madre, su hermano y su novia actual. El resto no. Principalmente, ni jueces, ni fiscales, ni investigadores. Tampoco su tía Maria. Revelador.
Las voces que informaban sobre el día a día de Tejado entre rejas hablaban de una rápida adaptación al medio. Había triunfado entre los internos, a quienes explicaba batallitas, y ocupaba su tiempo libre en prepararse (dicen que está estudiando para oposiciones a guardia forestal) y mantenerse en forma. Mucho gimnasio, como quedó acreditado durante su única declaración ante el instructor del caso. Iba inflado. También realiza un taller de marquetería, aprendiendo nuevas habilidades y matando el tiempo en la cárcel. Se imaginaba una estancia más corta, eso sí. Pero lo tiene jorobado. Y además, el ritmo de vida allí dentro no se detiene. Y te pasa por encima.
Antonio se está enfrentando a problemas y cambios sustanciales con respecto a su nuevo día a día: le han cerrado el gimnasio por obras, lo han movido de módulo, de celda y también tiene un compañero nuevo. Adaptarse no es sencillo, pasa factura. Por eso, con la ayuda de su defensa, intenta la enésima maniobra para tratar de salir de allí. Las anteriores han salido mal, la justicia percibe riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. No lo quieren dejar libre hasta que llegue el juicio. Una posición que quedó negro sobre blanco hace solo dos semanas, el 5 de abril: el recurso de Tejado para obtener la libertad provisional era rechazado. No ha cambiado nada su situación procesal en tan poco tiempo, pero ha vuelto a solicitar que se pare la medida cautelar con una nueva estrategia. Espóiler: no saldrá bien.
Como ni Antonio ni sus familiares han puesto los 100.000 € de fianza que se solicitaron hace dos semanas, optan por una alternativa más económica. Un recurso de reforma, una herramienta jurídica de la defensa para pedir la liberación, ante lo que consideran ausencia de pruebas en su contra. Mucho tendrían que haber cambiado las cosas, prácticamente de manera mágica, para pensar en un giro radical de su situación. Pero Antonio no deja de soñar con la libertad. Un iluso, por lo visto.
