La presión social y los problemas personales pueden desencadenar un sinfín de problemas de salud mental, sobre todo cuando eres una persona famosa y tu vida es de interés público. Un caso no muy aislado de esto es el de Lady Di, quien confesó ante millones de personas su relación tóxica con la comida. La princesa reveló al mundo sus problemas en televisión y en horario de máxima audiencia, al igual que su biógrafo Andrew Morton. Según las transcripciones de las entrevistas que Morton le hizo para preparar el famoso libro Diana ‘Her True Story’, todo comenzó a raíz de su tensa relación con el príncipe CarlosDiana tenía solo 19 años cuando, en febrero de 1981, poco antes de anunciar su compromiso, el heredero del trono británico le pasó una mano por la cintura y le dijo: “Estás un poco gordita, ¿no?”. 

Por supuesto que, tal como explica la revista Vanity Fair en su sitio web, las palabras de su futuro esposo le produjeron una tensión que luego aumentó al enterarse del affaire que mantenía con Camilla Parker. “Estaba desesperada, desesperada”, se lamentaba Diana en las grabaciones, publicadas por Morton en 2017 con motivo del vigésimo aniversario de su muerte. “Recuerdo la primera vez que me provoqué el mal. Estaba emocionada, porque pensé que así aliviaba la tensión”. En ese sentido, durante los meses previos a la boda, la princesa se sintió “encoger hasta la nada”. La ceremonia fue celebrada en la catedral de San Pablo en julio de 1981. “La primera vez que me midieron para el vestido de novia, tenía 73 centímetros de cintura. El día que me casé, medía 60 centímetros”, desveló la madre de William y Harry. 

La princesa de Gales tuvo una dura batalla contra la bulimia que duró un largo tiempo, pero finalmente logró vencerla. Así lo aseguró hace unos años atrás Darren McGrady, chef de la princesa durante sus últimos cuatro años de vida. Diana, eso sí, cuidaba su alimentación. “Es un error pensar que no le gustaba comer. Diana había confrontado y superado la bulimia. Una vez me dijo: ‘Darren, cuida de las grasas y yo cuidaré los carbohidratos en el gimnasio”, recordaba el chef en uno de sus primeros encuentros con ella. La bulimia que sufrió Diana de Gales la acompañó durante décadas, era su “enfermedad secreta” y según algunos expertos en los Windsor el motivo al que atribuyó la reina Isabel II el fracaso de su matrimonio.