Hace algunos años, Tamara Falcó solo era conocida por ser la hija de Isabel Preysler con el Marqués de Griñón y por ser la media hermana de Chábeli, Julio y Enrique Iglesias. No obstante, en los últimos tres años, Tamara Falcó se ha convertido en una famosa empresaria, diseñadora de moda y colaboradora del programa “El Hormiguero” junto a Pablo Motos.
Ella misma ha declarado en una entrevista a “El País” que “nunca pensé que llegaría al nivel de popularidad que tengo ahora, pero creo que lo gestiono bien”, señalando que siempre pensó que viviría a la sombra de sus famosos padres y hermanos, pero ahora ha logrado posicionarse en el mundo del espectáculo por sus propios medios.
Aunque su vida no es tan conocida como la de su hermano Enrique, lo cierto es que poco a poco ha dado a conocer algunos detalles personales sobre su vida. Recientemente, la Marquesa de Griñón contó una peculiar anécdota sobre su vida en pareja. En una entrevista para el medio “La Razón” la empresaria contó que mantiene una relación de complicidad con su pareja Íñigo Onieva, afirmando que “yo voy a su discoteca y él viene a misa”, dando a entender que ella obliga, de cierta manera, a su novio para que fueran juntos a la iglesia, demostrando que es una persona muy religiosa.

Asimismo, en una conversación con Jaulón de Ubrique durante una visita a “El Hormiguero”, la empresaria dio su sincera opinión sobre la muerte y la religiosidad. “Creo que somos más que un cuerpo y que va a haber un mundo futuro perfecto donde existe el cielo, el purgatorio y el infierno. Yo siento que mi abuela está en el cielo", indicó la Marquesa de Griñón, afirmando su creencia en el más allá y en la posibilidad de mantener algún tipo de contacto con las personas fallecidas a través de las oraciones.
“Yo en mi vida tengo momentos de felicidad puntuales. Pero los momentos en los que rezo, siento una felicidad plena y sé que eso es lo que voy a sentir en un futuro (cuando muera). Estoy convencida”, aseguró, a lo que el torero respondió: “A mí me está dando miedo esto”. A pesar de no estar totalmente de acuerdo con la noción de religiosidad de Tamara Falcó, Jesulín también quiso dar a conocer su opinión respecto al tema: “Tengo motivos de sobra para creer en Dios, porque me he visto en momentos muy desagradables de mi vida y he salido hacia delante. Pero no soy una persona que vaya todos los domingos a misa. Creo a mi manera y hasta donde llegue, llegaré”, indicó. A diferencia del ex de Belén Esteban, al novio de Falcó no le queda otra opción que asistir a las misas con la Marquesa para poder seguir disfrutando de sus noches de fiesta. No obstante, pese a la insistencia de la aristócrata para convencer a su novio, ella intenta persuadirlo de una manera amable, sin ningún tipo de presión, ya que afirmó que nunca tiene la intención de herir a nadie con sus palabras.