1917 se proclamó como la gran triunfadora de los premios Bafta que otorga el cine británico. Pero todos los galardones intangibles a la más elegante de la noche se los ha llevado, sin discusión, Irina Shayk. La modelo rusa estaba sencillamente, espectacular. Ella acaparó todas las miradas en la fiesta posterior organizada por la revista Vogue. Imposible no elogiar su vestido desnudo de Burberry que llevaba una malla encima con brillantes hasta los pies.
Riccardo Tisci, director creativo de la firma, comprobó en persona cómo su diseño le sentaba a la modelo como anillo al dedo. Pero el vestido no sólo le trajo a Shayk los aplausos de los asistentes en la fiesta. También le provocó algún susto que casi acaba en desgracia, cuando la malla se le quedó enganchada en un cajón y casi provoca un estropicio en la carísima pieza. El mismo diseñador tuvo que ayudarla bajo riesgo a que la malla empezara a perder brillantes en cadena.
