Johnny Depp y Amber Heard han rodado respectivamente numerosas películas. Pero ninguna tan truculenta, áspera y desagradable como la suya propia. Una relación de amor-odio que da para filme de terror. Desde que la pareja se separó ahora hace cuatro años, han convertido en un circo mediático la ruptura, con una tortuosa batalla legal entre los dos.
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Se han dicho y hecho de todo. Se han reclamado y exigido todavía más. Y la cosa no tiene pinta de acabar ni bien ni pronto. Ella solicitó una orden de alejamiento contra el alter ego de Jack Sparrow alegando maltratos físicos. Él lo negó y se querelló: exige 50 millones por difamación. Unas grabaciones parecían decantar la balanza en favor del actor de Sweeney Todd o Alicia a través del espejo. Unas grabaciones donde se la oye a ella diciendo "Lamento no haberte cruzado la cara de una bofetada. Te di un golpe, pero no fue un puñetazo. Crece, puto Johnny. No puedo prometerte que no vuelva a ponerme violenta. A veces enloquezco y pierdo la cabeza".
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@amberheard
Ahora, sin embargo, la tortilla ha dado la enésima vuelta. Porque han aparecido unos comprometedores mensajes que Depp le habría enviado a un amigo suyo, el también actor Paul Bettany, el año 2013, donde no parecería tanto la víctima que él asegura que es en todo este asunto. Unos mensajes durísimos y lamentables, con un contenido escabroso: "Ahoguémosla antes de quemarla. Violaré su cuerpo una vez me asegure de que está bien muerta". ¿Qué dicen los abogados del actor? Que "una cosa es escribir estos mensajes a un amigo y otra muy diferente llevar a término lo que se escribe en un momento de rabia y desesperación".
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La cosa pinta chunga. Esta peli de miedo todavía no ha llegado al clímax final.