Después de la comentada visita de Isabel Pantoja en El Hormiguero (Antena 3), ha sido su hijo quien ha tomado el relevo este lunes.

Kiko Rivera, que ha acompañado durante dos semanas a su madre en una gira por Latinoamérica -donde asegura haber pasado hambre-, ha hablado de cómo ha digerido la fama desde que prácticamente estaba en la cuna y de cómo ha cambiado su vida desde que es padre.

El momento de la noche, sin embargo, ha llegado cuando ha mostrado los diferentes tatuajes que tiene repartidos por el cuerpo. En el antebrazo, tiene tatuado una cruz. No tiene ningún significado especial, más bien una razón pragmática: tapar un tatuaje en japonés donde supuestamente ponía el nombre de su madre.

Una amiga de un familiar que conoce el idioma nipón lo alertó de que allí no ponía "Isabel". De todos modos, Rivera ha dicho no recordar qué había escrito, a pesar de la insistencia del presentador.

"No tengo tiempo para salir de fiesta"

Conocido por múltiples salidas nocturnas, ha explicado que desde que nació su hija y los proyectos profesionales, no tiene mucho tiempo para una de sus grandes aficiones. Eso sí, sigue tomando copas en casa con sus amigos: "Es mejor, así tengo la cama más cerca".

"Yo no he escogido ser una persona pública", ha declarado el hijo de la cantante flamenca, que ha explicado algunas técnicas que ha tenido que poner en práctica para escapar de la prensa.

El también DJ, ha aprovechado la invitación del programa de Pablo Motos para promocionar su nueva canción Sano Juicio y explicar las novedades musicales que presentará próximamente.

Hace unas semanas Kiko Rivera ya participó por teléfono en el programa cuando Isabel Pantoja fue la invitada de Pablo Motos.

Así pues, tanto la madre como el hijo han tenido dos entrevistas plácidas y amigables en el programa.