Corría el año 1999 cuando los fans de la saga de Star Wars nos alborotamos de mala manera que casi ni dormíamos. ¿Por qué? Porque muchos años después de la trilogía que marcó nuestra infancia, con Luke Skywalker, Darth Vader, Han Solo, la princesa Leia, el maestro Yoda, Jabba el Hutt, los ewoks y toda la iconografía mítica de La guerra de las galaxias, El imperio contraataca y El retorno del jedi, George Lucas volvía a ofrecer a los fans una película de aquel universo. Sería la cuarta entrega, pero después ha pasado a la historia como el Episodio 1, porque cronológicamente es la que va primera. En ella, se explicaba la historia de Darth Vader antes de ser Darth Vader y de tener a sus hijos Luke y Leia. La historia de Anakin Skywalker antes de caer en el lado oscuro, cuando solo era un niño a quien hacía de mentor Obi-Wan Kenobi. La historia de este niño rubito que nos ganó el corazón a todos los fans (a pesar de la irritante presencia en La amenaza fantasma de un personaje como Jar Jar Binks):
El actor que daba vida el joven Anakin era Jake Lloyd, un joven intérprete que tenía solo 9 años cuándo George Lucas lo escogió, después de haberlo visto anteriormente en algún capítulo de la serie Urgencias o aparecer en Un padre en apuros, una comedia familiar al lado de Arnold Schwarzenegger. Pero fue con la llegada de Star Wars con lo que se convirtió en un fenómeno que vieron millones de espectadores de todo el mundo. Como bien recuerda El Mundo, Lloyd superó a 3.000 niños que también optaron al papel de Anakin Skywalker, pero la suerte que tuvo al ser él el escogido comportó lo que por desgracia pasa muchas veces en el cine, que también llega una cara B, una parte no deseada que se convierte en un camino muy diferente del que se avistaba en un comienzo. Un camino lleno de tropiezos y momentos difíciles.
Todo empezó porque su interpretación no convenció a algunos, que fueron sangrantes en su crítica a un niño que tenía solo 9 años. De él dijeron, haciendo un juego de palabras con su personaje, que parecía Mannequin Skywalker (de maniquí), por su inexpresividad. Adultos sin alma y niños crueles de su edad: "Algunos niños fueron muy malos conmigo. Imitaban el sonido del sable de luz cada vez que me veían. Era una locura total". Bullying de pequeño y una pesadilla después de salir en la película que lo hizo mundialmente famoso. Por eso dos años después dijo que no quería saber nada de hacer de actor. Se puso a estudiar cine y se le vio en algún que otro festival de ciencia ficción y cómic. La cosa empeoró en el 2015.
La policía fue a casa de su madre por una denuncia de agresión. Según dijo su madre, su hijo había tenido una actitud agresiva con ella, gritándole, echándole en cara que había arruinado su vida y lanzándola al suelo. A Lloyd le diagnosticaron esquizofrenia, desde que empezó a presentar síntomas a los 19 años. No fue la única vez que se vio en medio de un disturbio con presencia policial. La siguiente vez pasó en North Carolina. Según el informe policial, iba conduciendo y se saltó un semáforo en rojo, huyendo a toda velocidad de la policía hasta que perdió el control del vehículo, marchándose de la carretera y despeñándose contra una valla en medio del bosque. Lo detuvieron y fue acusado de resistencia a la autoridad, conducir sin carné y conducción temeraria. ¿Conclusión?: diez meses en la prisión. Al salir, lo trasladaron a un centro psiquiátrico.