Deporte y política, política y deporte. El eterno debate. Que si el fútbol tendría que ser sólo fútbol, que si no hay que mezclar una cosa con la otra... Pero es evidente que el deporte, y especialmente el fútbol, han vivido incontables ejemplos de la estrecha relación que a menudo han tenido con hechos que van más allá de una pelota. Franco impidiendo que un equipo vistiera de color rojo, una copa dedicada al 'Generalísimo' primero y al 'Rey' después, presidentes de la Liga y ex de Fuerza Nueva pidiendo el voto para partidos ultras como Vox, y un largo etcétera. El Camp Nou, el Barça y Catalunya van unidos de la mano a menudo, por no decir casi siempre. Más, desde que el procés está en su punto álgido, con gritos de independencia en el minuto 17 y 14 segundos de cada parte. Y todavía más desde hace un año, con los 9 presos políticos en la cárcel.

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Efe

"Sólo las dictaduras encarcelan a los líderes políticos pacíficos", rezaba una gran pancarta amarilla que se vio en el partido de cuartos de la Copa contra la Sevilla. Días antes del juicio del 1-O, parte de los culés se pronuncian. José Luis Sánchez, periodista de La Razón, La Sexta o 'El chiringuito', se ha indignado. Para él, y para muchos otros, es un sacrilegio que en el Camp Nou se lean cosas como esta. No dijo lo mismo de la pancarta dónde se leía que "Mourinho, tu dedo señala el camino" cuando le puso el dedo en el ojo a Tito Vilanova.

Para el periodista, eso es una vergüenza y ensucia la imagen del fútbol español. Pero quien le ha puesto en su sitio ha sido el cantante Gerard Quintana, dejándolo en evidencia con un tuit de una carga irónica considerable:

Sánchez no se ha dado por aludido. Sí algún usuario de la red que ha querido irle a Quintana con la eterna canción unionista de que no son presos políticos sino políticos presos. Pero al líder de Sopa de Cabra no se lo convence así como así, y ha vuelto a poner en su sitio a más de uno:

Gerard Quintana, sin embargo, iba más caliente que cuando cantaba aquello de No podría estar ni una noche más sin chupar tu sexo y no se ha quedado aquí. En un país donde la ley y la justicia parecen a la altura del betún, el músico ha escrito otro comentario indignado por la diferente vara de medir que hay en España:

Gerard Quintana saludaba siempre al público de los conciertos de Sopa diciendo aquello de "Buenas noches, malnacidos!". Probablemente les diría eso mismo a muchos periodistas anticatalanistas hiperventilados si los tuviera en frente. Pero esta vez sin cariño ni complicidad.