La influencer Aida Domènech, que ya ha estado tres veces en el festival californiano de Coachella, es criticada de nuevo. Todos sus seguidores habrán estado al día de su polémica más reciente. En África se le tachó de no estar concienciada por la situación en la que se encuentra la ciudad que visitaba. Tomó un baño en la Ciudad del Cabo, donde viven la peor sequía del mundo y, también, dio unas gafas a unos niños por lo que se le acusó de hacer publicidad con ellos.

 

Conocer a estas dos preciosidades ha sido de lo mejor  @calleypocheoficial

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Desde que comenzó a ser conocida en las redes sociales no ha parado de crecer y defender el colectivo LGTB a toda costa. Este 2019 hará dos años que está casada con su mujer, Alba Paul y no dudaron en demostrar su amor en el festival. Pero lo que no sabemos es si lo volverán a hacer. ¿Por qué? Coachella tiene una cara oculta y Cara Delevingne se ha encargado de descubrirla. La modelo ha sido de lo más crítica a través de las redes contando quién es Philip Anschutz, el multimillonario que se esconde tras los conciertos y las fiestas en el desierto. Su propietario se muestra en contra de la igualdad, ha financiado organizaciones anti LGTB, apoya el uso de las armas y reniega del aborto.

cara

@CaraDelevingne

Dulceida y Alba han sido víctimas de comentarios homófobos desde que se supo que estaban juntas pero su lema de ‘Mucho amor’ no hace distinciones entre géneros. Debido al mensaje de Delevingne, la influencer ha recibido algunos reproches por su cuenta de Instagram. “¿Qué opinas de estar haciendo propaganda de un sitio, el dueño del cual apoya asociaciones anti-LGTB?”, ha comentado una usuaria. "Cuando el dueño de Coachella invierte en empresas anti LGTB pero a ti te la pela porque mola más ir al festival a posturear que tus principios más básicos… en fin!”, le ha dicho otra.

 

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¿Es este un dato del festival que podría hacer a Dulceida no volver de nuevo?