Alejandro Sanz está de actualidad a raíz de la inauguración que ha hecho esta semana de una muestra de arte, compuesta por 30 cuadros que ha pintado en colaboración con un artista de Mallorca. El cantante ha pasado de transmitir con la voz a hacerlo con los pinceles, cambiando de instrumento pero siguiendo en el centro mediático.

Sus pasos están seguidos siempre, algo lógico teniendo en cuenta la gran legión de fans que le adoran. Últimamente salió a la luz el precio por el que vende la mansión de Madrid: 11 millones de euros que se sumarán a la inmensa fortuna que ha hecho a lo largo de estos años de carrera.

 

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Aquí ha vivido con sus hijos, de los que siempre habla con corazones en los ojos. El cantante está muy unido a su familia, dejando caer en cada entrevista que no es nada sin ellos. Pues bien, ser un artista de éxito reconocido internacionalmente hace que tenga una agenda bastante llena. Es por eso que algunas veces la profesión lo reclama impidiendo que pase tiempo con los suyos. Eso le haría sentir fatal, tal como ha demostrado con el último post en Instagram.

Resulta que este fin de semana su hijo Alexander tocaba en un concierto, una cita muy importante para el niño que Alejandro habría prometido que no se perdería. Pero finalmente no fue posible que fuera a animarlo, ante lo que ha decidido pedirle perdón públicamente en un tierno escrito.

El joven, de 15 años, es el segundo hijo del cantante. Nació de la relación extramatrimonial que mantuvo con la diseñadora Valeria Rivera mientras estaba casado con Jaydy Michel, con quien tuvo un año antes a su primera hija. Al separarse de la modelo se casó con Raquel Perera, su actual pareja, con quien tiene dos hijos más de seis y tres años respectivamente.

Pero como decíamos, a quien ha pedido perdón ahora es a Alexander. Y lo ha hecho con una carta en la red: "Él es mi hijo Alexander. El otro día le prometí ir a ver su concierto de Jazz -toca el trombón con un corazón gigante- pero le fallé y con mi maldita cabeza llena de cosas de trabajo olvidé su concierto. Un error imperdonable por mi parte y por eso hijo mío te quiero pedir perdón delante de todo el mundo. Porque no hay nada que quiera más que tú. Y porque eres un chico bueno, talentoso, inteligente y sensible y no te mereces que yo me olvide de tu concierto... espero que perdones a tu desmemoriado padre y que me permitas resarcirte siendo el padre que te mereces. Te amo con locura".

Un gesto bonito que acaba asegurando que todavía hoy sigue aprendiendo a ser un buen padre día tras día.