Kiko Rivera Pantoja es hijo de folclórica y eso marca: exagerado, egocéntrico, vanidoso, amigo de las drogas y los excesos. Su vida es una lucha constante contra la báscula, la cocaína y la pereza. Ha pasado por todas las fases hasta la actual, que a los 41 años ha entendido que no hay soluciones mágicas, píldoras ni atajos para estar más delgado: ejercicio y vida sana. En su último Instagram no parece él de cómo ha adelgazado. Paquirrín:"Me está costando... no voy a mentir. La disciplina del entreno, la dieta y dejar el tabaco no son caminos fáciles. Pero paso a paso, caída tras caída, ya empiezo a notar la mejoría. ¿Queda mucho? Sí. ¿Vale la pena? También. Porque cuando empiezas a verte mejor, sentirte más fuerte y respirar más libre… todo cambia. Estoy lejos de la meta, pero orgulloso del camino. Y al final, una imagen vale más que mil palabras. Así que aquí estoy, pa ustedes. Vamos a seguir, que lo bueno apenas comienza" y se quita la camiseta:

El hijo de la Pantoja, Kiko Rivera, comprobó en sus propias carnes, nunca mejor dicho, que el balón gástrico no es un milagro para mantenerse delgado. Hay que hacer vida sana y una alimentación equilibrada. La pelota dentro del estómago sirve para dar sensación de saciedad más rápida, pero no impide engordarse. Paquirrín ha mutado por cuarta vez. Dos años después de haberse operado, volvía a ser graso y ahora vuelve a ser delgado. Un mal trato para su cuerpo que ya sabe lo que es maltrato:
PAQUIRRÍN 2014:
Kiko Rivera en la playa con la mujer y la barriga, GTRES
PAQUIRRÍN 2018:
El hijo de la Pantoja luce tipet después de su operación, Instagram
PAQUIRRÍN 2020:
Paquirrín hace 21 horas, Instagram
Francisco Rivera Pantoja, a quien la folclórica puso el mismo nombre que su hermano Fran Rivera Ordóñez, es hijo del torero y tiene miedo, no al toro sino a morir de sobrepeso. Hay cuatro paquirrines en uno: el gordo de los inicios, el delgaducho del balón gástrico y adicción a la cocaína, el que volvió a ser gordo y el actual. Parece una muñeca rusa. La peor de sus adiciones no es a los bocatas y las pizzas. Tamara, ex de Paquirrín, ha reconocido que tomaba cocaína con su entonces novio: "Kiko Rivera se gastó todo el dinero que consiguió en televisión en drogas, 150.000€ en drogas”, “Me daba asco a mí misma”, “Cuando estaba con él me dejaba llevar y consumíamos juntos”, "No me daba cuenta del comportamiento de Kiko porque yo también estaba enganchada. Yo vivía una fiesta continua", "Le pillé droga en una maleta. Es en ese momento decidí llamar a Isabel Pantoja para ponerle al tanto de la situación de su hijo", "Doy gracias a Dios por haberme quedado embarazada y desengancharme". Adiós coca, hola vida.