¿Es posible tener un cuerpo sano si has fumado alguna vez en la vida? ¿Y, además, tener la misma salud que una persona que nunca ha fumado?

Dejar de fumar no es trabajo fácil, pero a muchas personas les puede ayudar conocer las consecuencias que produce el tabaco y, también, cómo reacciona tu cuerpo cuando lo dejas.

Esta es la evolución que seguirá tu cuerpo si finalmente te decides a apagar el cigarrillo y apuestas por tu salud:

20 minutos después de dejar de fumar baja la presión sanguínea, el pulso disminuye y aumenta la temperatura de manos y pies.

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2 horas después ya se ha reducido el nivel de nicotina.

8 horas después, el nivel de monóxido de carbono en la sangre disminuye y el oxígeno llega a aumentar al nivel normal de un no fumador. El monóxido de carbono afecta los músculos, cerebro y tejidos.

24 horas después, disminuyen las posibilidades de sufrir un ataque cardiaco.

48 horas después mejora el sentido del olfato y del gusto.

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72 horas después, los bronquios se relajan y los niveles de nicotina han –casi– desaparecido del cuerpo.

2 semanas-3 meses después mejora la circulación, las funciones pulmonares y la condición física.

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1-9 meses después se va la tos y la respiración es más fresca.

1 año después, las posibilidades de sufrir un ataque cardiaco disminuyen a la mitad.

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5 años después, el riesgo de sufrir un infarto es lo mismo que el de un no fumador.

10 años después, el riesgo de sufrir cáncer de pulmón cae a la mitad que cuando eras fumador.

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15 años después, el riesgo de sufrir enfermedades del corazón es igual que el de un no fumador.