Durante el verano leerás infinidad de dietas, trucos nutricionales y alimentos que te pueden ayudar a perder peso y, al mismo tiempo, mantener unos hábitos saludables. Cada una tiene sus variaciones, algunas apuestan por el consumo de proteína como base nutricional, otros priorizan los vegetales... todas ofrecen diferentes metodologías que buscan adaptarse a tus necesidades.

Pero si haces una visión global de esta vorágine de propuestas llegarás a una conclusión: todas convergen en evitar azúcares refinados. A diferencia de las grasas y la proteína, los azúcares refinados no aportan ningún valor nutricional.

Te proponemos algunas alternativas naturales que añadiran un toque de dulce a los alimentos sin aportar todos estos elementos innecesarios para tu cuerpo. Si sois golosos y no os gusta renunciar al dulce, estos 5 alimentos os pueden interesar.

Miel de Maple

Esta miel se elabora a partir de la savia del arce. El producto que se extrae de este árbol es uno de los alimentos insigne de la cultura canadiense. Durante la primavera, con las temperaturas más cálidas, se aprovecha para extraer este dulce y saludable alimento de los arces de los bosques del Quebec. Aparte de su sabor, este endulzante aporta importantes beneficios para nuestra salud gracias a sus antioxidantes, y los componentes de cinc y hierro. Es muy recomendable para prevenir enfermedades como el cáncer o la diabetes.

Se trata de un producto que se adapta al dulce y al salado. Sirve para postres como pasteles o incluso para macerar carnes.

Extracto de fruta del monje

Esta planta trepadora proviene del norte de Tailandia y del sur de China, donde es conocida como Luo Han Guo. A diferencia de la estevia, nunca deja un sabor amargo y es 300 veces más dulce que el azúcar, por eso se tiene que utilizar en pocas cantidades.

La fruta del monje no incrementa la glucosa en sangre, regula el correcto funcionamiento del hígado, ayuda a bajar el colesterol, y si sois asmáticos, sufrís problemas respiratorios o sois alérgicos, os reducirá los síntomas.

¡Su corteza se utiliza para hacer tés y es perfecto para dar un toque de dulce en tus zumos de fruta o smoothies!

Melaza

La melaza de caña es un derivado de la caña de azúcar. Esta se consigue a partir de la cocción de la caña, evaporando el azúcar hasta que se consigue una textura parecida a la miel. Para saber si delante nuestro tenemos una melaza de calidad, nos tenemos que fijar en su color. Cuanto más oscura sea, más nutrientes concentrados tendrá.

Se trata de un alimento muy recomendado por deportistas y personas que sufren anemia, ya que contiene mucha glucosa y hierro. Además presenta altos índice de calcio y vitamina B.

La melaza es ideal para combinar con yogures o frutas como la manzana, plátano o fresas y quesos frescos. También es muy utilizada en repostería.

Azúcar de coco

El azúcar de coco se consigue a partir del néctar de las flores de la palmera. Una de sus características más destacables es que contiene un índice glucémico muy bajo, es decir, los carbohidratos son de lenta absorción hasta convertirse en glucosa en sangre. De esta manera no se generan picos de azúcar en sangre y evitamos acumulaciones de grasas innecesarias.

El azúcar de coco es rico en potasio, hierro, magnesio, cinc y vitamina B y C. Al tener un alto contenido en aminoácidos, sobre todo en glutamina, nos ayudará a evitar aquellos "ataques de dulce" que tanto nos penalizan.

Jarabe de agave

El agave es una planta proveniente de México. Tiene una larga historia como planta medicinal, edulcorante, y también se puede fermentar para obtener tequila. El jarabe de agave, como el azúcar de coco, tiene un índice glucémico muy bajo, ya que casi todo el azúcar que contiene proviene de la fructosa.

Disminuye los niveles de colesterol, inhibe el crecimiento de bacterias patógenas como el E.coli o la salmonela y estimula el crecimiento de la flora intestinal. Es ideal para acompañar con avena, yogur o coquetas de maíz.