Santa Clara, islote vasco en Barcelona

Sobre los cimientos del desaparecido y estrellado Neichel se levanta el Santa Clara, en referencia al islote precioso que cierra la bahía de la Concha de San Sebastián. Hablamos pues de un restaurante de influencias vascas, en pleno barrio de Pedralbes, y que tiene detrás de su cocina el asesoramiento muy notable del equipo del Igueldo.

Donde antes había una estrella Michelin, ahora hay dos Estrellas Miguelín. El mundo avanza, las cosas cambian, nuestra sociedad es menos formal, pero la seriedad y la tradición bien entendida se sigue apreciando y más en esta zona.

Un local con solera, grande –incluso ha cabido una panadería de nivel, Baluard, en su interior- y con una terraza prominente, con mesas separadas y un banco corrido que da mucho juego. La potente cocina vasca contrasta con una decoración luminosa, cálida y actual que hace ideal el espacio para comidas de negocios, familiares o íntimas. El servicio, de corte internacional y muy atento, no molesta las conversaciones con infinitas explicaciones sobre platos muy complejos.

Una cocina de muchos metros cuadrados y con muchos artilugios, que permite excelentes preparaciones, todas hechas con buena técnica. El buen producto, las recetas clásicas, los sabores potentes y las raciones generosas hacen el resto. “Cocina de verdad” dirán algunos...

En el Santa Clara, lees la carta e imaginas lo que te van a traer. No sourprise my friend. Una carta larga, bien estructurada y pensada para que nadie se quede sin lo que desea.

Picapicas para compartir, grandes croquetas entre ellos. Barra de tartars. Capítulo de huevos de primera puesta (tremenda tortilla con de todo). Ensaladas ideales para l@s que quieren cuidarse. Platos a la brasa cocinados con el horno Josper (carnes y pescados). Por último unos arroces muy sabrosos y potentes. No falta de nada. Postres tan caseros como dulces, tartas básicamente.

El Santa Clara tiene la nada despreciable virtud de ser apto para ir muchas veces. Las múltiples combinaciones de menú hacen complicado el aburrimiento. Lugar pues de clientela habitual, y con en el que nunca quedarás mal si organizas una comida ¡Nosotros ya hemos reservado mesa para volver!

Croquetas de pollo a la brasa

Croquetes

Para picar, probamos unas deliciosas croquetas de pollo a la brasa extraordinarias, de las que se mastican porque la carne se desmenuza cuidadosamente antes de mezclarla con la masa. Solo por estas croquetas merece la pena la visita.

Tartar de solomillo con mascarpone y mostaza

Steak Tartar De la “Barra de tartars" (los hay de tomate, de pato, de presa ibérica (cerdo). Nosotros probamos el de solomillo con mascarpone y mostaza. Nada nuevo, buena carne, todo bien.

Tortilla de bacalao, comté y salsa holandesa

Truita de bacallà i comté Del apartado de huevos de primera puesta que hay en la carta, probamos una marranada buenísima: la tortilla de bacalao ahumado, queso comté y salsa holandesa (back to classics). Ojo, el plato es una bomba, llena mucho. Perfecto para compartir.