Clasifiquemos, sin querer teorizar si no solo para situar bien el restaurante de hoy, los restaurantes en la escala siguiente: los que quieren alimentar, los que quieren entretener y los que quieren impresionar. En general, el precio se mueve de menos a más en el mismo orden de la clasificación anterior. El restaurante de hoy se pone claramente al servicio del entretenimiento, dando la espalda deliberadamente a toda parafernalia, presentación y propuesta culinaria que tenga como objetivo deslumbrar al comensal.

De nombre Haddock, como habrás adivinado en referencia al célebre, malhablado, tosco y carismático Capitán de los comics de Tintin, el chef, que se parece al capitán especialmente cuando fuma su pipa (sí, aún los hay que fuman pipa) explica esta vocación diciendo que “si mi cliente se encuentra mal, le preparo un arroz hervido y punto; y si le apetece una escalopa bien rebozada, también se la hago”.

Quien lo dice pasó años acompañando a Santi Santamaría en su evolución hacia las 3 estrellas, y seguramente rebotado de esa visión elitista de la alta cocina, ha decidido montar un restaurante en el que ni el cocinero ni el comensal, sean rehenes de la sofisticación y la innovación.

En el Eixample muchos locales tienen forma de tubo. Este la tiene, solo que a dos niveles separados por unos pocos peldaños. La parte de arriba tiene una barra, en la que a modo de bar, uno puede tomar una caña con unos torreznos e irse. La de abajo está reservada para el restaurante, en el que un día a la semana se toca jazz en directo mientras se cena, algo poco usual en nuestra ciudad. Comedor pequeño, de 40 personas, mesas de madera y decoración de la que no se puede hacer especial mención. Ojo, gran reservado en el piso de arriba, hasta para 20 personas, que puede dar mucho juego si quieres reunirte con tu grupo de amigotes. El servicio destaca por la omnipresencia del Capitán Haddock, perdón, de Franc Monrabà, propietario, chef y lo que haga falta.

Los platos que probamos destacan por su sencillez, buen sabor y reminiscencias de la cocina clásica francesa (escuela en la que se formó Franc), con salsas por ejemplo aderezadas con Cognac para las que no existe pan suficiente en el mundo. De aperitivo, dos tacos de tortilla de patatas, unos torreznos y unas anchoas caseras.

Pincho de tortilla

Pinxo de truita

Anchoas del Cantábrico

Anxoves del cantàbric

Seguimos con un brie con cebolla, servido deshecho y un picantón de la Provenza rustido. Terminamos con un suquet d’escorpora con pies de cerdo. Nada deslumbrante, pero todo suficientemente rico y con personalidad como para que apetezca volver. Los postres, en la línea, un hojaldre con crema.

Brie de meaux fundido con mermelada de cebolla

Brie de meaux fos amb melmelada de ceba

Picantón de la Provenza rustido

Picanton de la proveça rostit

Suquet de escorpora con pies de cerdo

Suquet d'escórpora amb peus de porc

Hojaldre con crema

Pasta de full amb crema cremada

Salvo que vayas a una sesión de Jazz, no es un lugar de ocasiones únicas, especiales o de grandes compromisos con presión sobre tu elección. Sin embargo, a diario encontrarás a una gente que te querrá contentar, satisfacer, que no te molestará nada durante el servicio y que, en definitiva, permitirá que te entretengas a tu gusto sin hacer un gran dispendio.

Si has leído Tintin o visto alguna de sus películas, no esperes un restaurante temático, ninguna referencia a Tintin existe en ningún lugar del restaurante. Sin embargo, si conoces el cómic, y piensas como sería el restaurante que montaría en BCN el Capitán Haddock, seguro que encuentras en lo que estás pensando. Como seguramente diría Haddock: “Venid, malditos marineros de agua dulce, venid inmediatamente a mi restaurante”. 

Puntuación
Comida   Vinos
62   58
Servicio   Local
60   60
Precio   Estrellas Miguelín
25€   0 estrelles

Por persona: 4/5 plats a compartir + 1 copa de vino

 

 

¿Dónde está Haddock?

Dirección: Carrer de València, 181, 08011 Barcelona

Teléfono: 935 12 54 04

Horario: De lunes a viernes de 10:00 a 02:00. Y sábados de 12:00 a 02:00