Cuando por desgracia muere alguien querido, tendemos a recordar los buenos momentos que hemos pasado con aquella persona y alabar sus cualidades humanas. Si pudiéramos juntar todo eso en un género literario nos saldrían las esquelas, que en pocas líneas tratan de resumir como ha sido la vida del difunto.

Uno de los diarios donde podemos encontrar páginas dedicadas a las necrológicas es La Vanguardia, que sorprendió publicando dos escritos (uno en catalán y el otro en castellano) que retraen de una manera muy cruda la muerte de un hombre de 77 años.

Lejos de los elogios, en la versión en catalán se puede leer que ha muerto "sin haber modificado mucho el mundo que lo rodeaba". Un mensaje poco alentador. En castellano, todavía suena más ofensivo: "Ha dejado este mundo sin aportar nada de interés". Además, en esta versión no se especifica ni la edad, ni la fecha de la muerte del difunto. En el programa Islandia de Rac1, Albert Om ha querido analizar esta curiosa esquela.

albert om rac1

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Mientras que el presentador se mostraba sorprendido por las dos visiones diferentes de los mensajes, el filósofo Joan-Carles Melich estaba en desacuerdo con el escrito: "Vivir siempre es modificar alguna cosa del mundo. Todo el mundo modifica alguna cosa".