Este miércoles todos los quioscos visualizan a la perfección dos maneras de entender el mundo: la portada de la revista Hola blanquea a un rey corrupto hasta la médula, Juan Carlos de Borbón, exiliado en Abu Dabi no por haber tenido amantes sino por haber acumulado millones de dinero negro en paraísos fiscales cobrando comisiones ilegales, sin declarar, e inmorales. Cobraba comisiones por hacer de mediador cuando era su obligación como jefe del Estado y la razón por la cual todo el sistema lo protegía, lo hacía inimputable penalmente y se lo pagaba todo, incluso la seguridad cuando iba de viaje con la amante de turno. Tanta indignidad no la pudo soportar ni Felipe que le hizo abdicar. Hola titula por Juan Carlos y su libro de memorias Reconciliación que es un blanqueamiento de su corrupción. En cambio la revista catalana Lecturas escribe la verdad, con foto de Letizia, la única plebeya que queda dentro de aquella familia, la que más ha sufrido al sátrapa Juan Carlos y la que más empujó para cargárselo. Lo explica la más valiente, Pilar Eyre. Dos revistas, dos portadas, dos fotos, dos Españas:

Eyre explica con pelos y señales por qué Juan Carlos odia a Letizia y la considera la Señora X, la responsable de la muerte civil de Juan Carlos: "Letizia estaba enfadada porque quería que se creara una Casa del Príncipe con las mismas atribuciones que la Casa del Rey y Juan Carlos se negaba porque no había presupuesto. Y decía muy cabreado, oye, solo tengo 73 años y no me voy a morir mañana, ¿por qué “esa” tiene tantas prisas? Lo que más le fastidiaba al rey no es que Letizia fuera divorciada o de origen humilde, sino que fuera periodista, temía que su vida privada saliera a la luz por su culpa. Decía que iba a contar a sus colegas de profesión sus aventuras y avisó a todos que estuvieran callados delante de ella. El ambiente era cada vez más irrespirable, al final no se dirigían la palabra”. Lo que más odia Juan Carlos no es que Letizia sea mujer, lista, pro abortista, divorciada, de izquierdas, plebeya o pobre sino que sea periodista.

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Letizia hace la reverencia al rey en el funeral de Erika, GTRES

La columna de Pilar Eyre está elaborada con información directa del entorno íntimo de Juan Carlos. Una pieza de análisis político demoledora que revela cuál fue el punto de inflexión a partir del cual Letizia deja de pasarlo mal, pasa de sentirse menospreciada a sentirse empoderada: cuando nació Leonor. A partir de ahí ella era la que mandaba, había parido a la futura reina y eso la hacía intocable: "Los primeros años de matrimonio Letizia “se sentía muy sola, no conocía cómo funcionaba el sistema monárquico, ni el mundo de la aristocracia que, mal que bien, es en el que apoya la institución. Se sentía tímida, pequeña, ninguneada, pero cuando tuvo a sus hijas su actitud cambió, dejó de intentar ganarse el afecto de su familia política y ya no pretendía disimular sus sonrisas de desdén y la indiferencia con la que trata a sus sobrinos y cuñadas”. Letizia echó a todo el mundo: al suegro, a las cuñadas Elena y Cristina y a los sobrinos Marichalar y Urdangarin. Tóxicos, adiós. Solo queda la madre del rey, la única que Letizia tiene que tragarse para no incomodar a Felipe.

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La sombra de Letizia persigue la sombra de Felipe, EFE

Remata Eyre: "Letizia evitaba que las niñas estuvieran con sus abuelos paternos, en especial con Juan Carlos, que vivía casi a tiempo total en la Angorilla con su amante. El rey nunca ha entendido esa boda, pero no tuvo más remedio que transigir porque era Letizia o nada, pero jamás podrá aceptarla ni perdonará a su hijo (...) Según Juan Carlos suele comentar a sus amigos, sabe que detrás de su abdicación estuvieron tres hombres de la Casa y Letizia, y que tardaron seis meses en convencer a Felipe, que se resistía a descabalgar a su padre". La sra X de la abdicación y el exilio: Letizia, periodista.