El Zoo de Barcelona ha dado la bienvenida este fin de semana a 26 nuevos habitantes. Todos ellos, caballitos de mar, una reliquia, dado que están amenazados en todos los mares del planeta.
Los curiosos que visiten a partir de ahora el Zoo de la capital catalana ya pueden disfrutar de estos ejemplares, que han sido trasladados desde el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC), y que están divididos en dos especies: existen los caballitos procedentes del Mediterráneo (de hocico largo) y el otro procedente de Australia (de mar panzudo).
El caballo mediterráneo es una especie costera de aguas superficiales que habita las algas y praderas marinas próximas a fondos rocosos entre los 0,5 y los 15 metros de profundidad. Por el contrario, el procedente de Australia es también una especie costera que queda atrapada en piscinas de roca natural cuando la marea baja y que, cuando ésta vuelve a subir, se desplaza entre algas y esponjas hasta los 50 metros de profundidad.
Los caballitos de mar se desplazan mediante un rápido e intenso movimiento de sus cortas aletas, aunque pasan una gran parte del tiempo cogidos a cualquier elemento que sirva de sujeción a su cola prensil. Es habitual observarlos en esta posición, balanceándose al ritmo de las corrientes mientras esperan a sus presas (plancton), que succionan mediante su largo hocico.
La lástima de todo, que algunas fuentes estiman en 25 millones las capturas anuales de caballitos de mar, lo que comporta que la especie esté en grave peligro de extinción.