Si algún día Chicote va a hacer una visita de las suyas al restaurante Terraza New Cucos de Madrid se encontrará grandes dosis de ranciedad. Pero no de la grasa de los fogones, sino de la catalanofobia que se respira en sus paredes. El bar en cuestión debe haber encontrado muy cuco, haciendo honor a su nombre, hacer una especificación muy concreta en su menú. Una gracieta, quizás, perpetrada entre carajillo y carajillo por los creadores de la carta. Y quien se lo ha encontrado ha sido el actor catalán Josep Julien.

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El intérprete ha prestado atención a un menú de 15 euros que incluía un primer plato, un segundo, unos postres o un café y una bebida. Y de propina, no un chupito de algún licor de la casa, sino una pequeña dosis de ridiculez. Probablemente, el chupito se lo deberían beber sus propietarios cuando pensaron en ser tan originales como para provocar vergüenza ajena. La carta del local contaba con diferentes platos a escoger. Muchos de ellos, platos típicos de una determinada zona. Hay, por ejemplo, papas arrugadas, típicas de las Canarias, o musaka griega, al lado de acelgas, cocido madrileño o lenguado. ¿Y de postre? Arroz con leche, piña, crema de yogurt con salsa de mango... y crema catalana. Pero atención al añadido: "hecha en Madrid".

Gracias por la aclaración. Quizás han pensado que la leche, los huevos y el azúcar, los ingredientes con los que se hace este típico postre catalán, se les caducarían en la despensa porque ningún madrileño de bien osaría pedirse la crema catalana. Vamos a poner que está hecha en Madrid, a ver si cuela... Penoso. Y lo que ha quemado no es el azúcar que se pone encima de la crema, sino la red:

Pero tranquilos, el día que se den cuenta de que la crema es de color amarillo, seguro que la retiran de la carta.