A diferencia de lo que ocurrió con Juan Carlos I y Sofía, un matrimonio fruto del acuerdo de las dos monarquías y en el que el amor nunca fue precisamente uno de los argumentos, el matrimonio formado por el rey Felipe y la Reina Letizia sí que fue fruto, al menos en un inicio, del amor.
Es más, no es que sea precisamente ningún secreto que Felipe tuvo que luchar contra su familia y dejarles muy claro a Juan Carlos, Sofía y el resto de la familia que no iba a cumplir sus órdenes y se iba a casar con Letizia, una mujer que nunca tuvo el visto bueno de la institución.
Algo que evidentemente saben las hijas de Felipe y Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y que no hace otra cosa que darle argumentos a la futura reina para escoger su amor sin ningún tipo de interferencia. O al menos esa es la teoría. Y es que parece ser que la práctica no es esa.
Los ‘requisitos’ del futuro novio de Leonor
No ha sido otra que Pilar Eyre, una de las periodistas mejor informadas de lo que ocurre en Zarzuela, la que ha apuntado algunos de los detalles que se están cociendo en la institución acerca del futuro novio de Leonor ahora que ya han empezado a aparecer noticias en este sentido en los medios.

Por un lado, en Zarzuela se exige que sea un hombre con un pasado limpio, “ni novias problemáticas, ni estafas, ni gamberradas, ni drogas, ni juergas. Ninguna detención, ni ningún amigote que vaya por los platós contando sus intimidades. Ningún acontecimiento que lo haga susceptible a ser chantajeado, como ha ocurrido en el pasado”, apunta Eyre en Lecturas.
Por otro lado, que sea guapo: “El príncipe consorte va a ser uno de los hombres más fotografiados del mundo y solo un semblante agradable y una sonrisa cálida pueden evitar que acabemos hasta las narices de su rostro”.
Pero otro de los factores es su estatus social: “Ni pobretones tipo novios de Estefanía de Mónaco, ni reyes del gas rusos que vacíen botellas de Magnum en las discotecas ibicencas”, apunta la periodista asegurando además que “El marido de la reina no puede ser notario o aparejador, aunque la carrera militar, según algunos, sí sería aceptable. Tampoco puede ser empresario”.