"Ver la paja en el ojo ajeno" es la especialidad de la tropa monárquica española, que siempre se escora hacia la derecha. No tienen tanta maña, sin embargo, con la segunda parte del dicho: "y no ver la viga en el propio". Comparaciones odiosas: Mohamed VI, Rey de Marruecos y "sobrino adoptivo" de Juan Carlos I, se ha comprado un palacio en el centro de París por la escalofriante y obscena cantidad de 80 millones de euros. Es una noticia que corre como la pólvora entre los altavoces ultras, escandalizados. Son los mismos que no son capaces de distinguir la viga de 2.000 millones de euros, la fortuna del emérito residente en Abu Dhabi. Tampoco los regalos de los jeques árabes, las comisiones fraudulentas o su "generosidad" con Corinna, examante y principal dolor de cabeza del Borbón y el borbonismo. Sus gafas no están graduadas para los desbarajustes del monarca por la gracia de Franco. Tampoco para su amistad con Felipe VI y Letizia. Curioso.

Rey Felipe y Mohamed VI EP

Rey Felipe VI y Mohamed VI EP

Mohamed VI con Felip y Letícia EP

Mohamed VI con Felipe y Letizia EP

La red promonárquica se lleva las manos a la cabeza por la lujosa compra de Mohamed VI. Normal. Una mansión de 1.000 metros cuadrados a los pies de la Torre Eiffel impresiona, sobre todo por la procedencia del dinero y su codicia infinita. Pero es muy feo señalar con el dedo al vecino y hacerse el 'longuis' con los que tienes (o tenías, que se largó) en Madrid. De hecho, ambos son grandes amigos, colaboradores, y se hacen regalos "con estilo". Da igual: Juanito el Campechano es intocable, y punto. Los ataques de radicales al mandatario del norte del África se suceden, acusándole de enviar MENAS al estado, así como el silencio sobre el español, provocando réplicas demoledoras contra el fanatismo interesado: "En Mohamed VI te escandaliza y en Juan Carlos I, lo normalizas."

Joan Carles Felip Sofia Mohamed VI GTRES

Juan Carlos Felipe Sofia Mohamed VI GTRES

Mohamed VI con Juan Carlos I GTRES

Mohamed VI con Juan Carlos I GTRES

Las monarquías, la inmensa mayoría de ellas al menos, son así. Y todas son censurables. Los ultras tienen trabajo en su propia casa.