La reina Sofía es una mujer muy tradicional y familiar. También se define como católica. Pero ante todo es reina. “Me moriré siendo reina. Reina hasta la muerte. Aunque no reine. Aunque esté reinando mi hijo, o aunque me haya exiliado… ¡Allá ellos! ¡Ése ya no será mi problema! Que hagan conmigo lo que quieran”, dijo en una entrevista. La madre de Felipe VI aceptó su rol desde el primer momento y lo cumplió a la perfección.

Se casó con Juan Carlos por obligación, ella estaba enamorada de Harald de Noruega, pero ese amor no fue para ella. La gran primera decepción de su vida. Intentó enamorarse del emérito y formar una familia feliz, pero tardó poco en descubrir que le era infiel con otras mujeres. No toleró esa humillación y estuvo a un paso de divorciarse. La reina Federica frenó sus planes. No le quedó más remedio que tragarse su orgullo y ceder, como siempre. Así ha sido su vida como reina. Ahora hace lo mismo con su hijo Felipe. Y ahí continúa. El rey le ha hablado de la jubilación, pero ella no piensa dejar la institución.

la reina sofía
la reina sofía

La reina Sofía obliga a su familia a cumplir con una jerarquía 

La reina Sofía consiguió ser una de las reinas más queridas de toda Europa. Se ganó el cariño de los ciudadanos al mostrarse tan cercana. Siempre regalaba a todos una sonrisa, aunque no tuviese el mejor día. Sin embargo, el carácter de la emérita es muy distinto a la imagen que proporciona. Es una mujer muy exigente y también muy dictatorial, como Letizia, especialmente con el servicio.

Paloma Rocasolano, la reina Sofía y Letizia
Paloma Rocasolano, la reina Sofía y Letizia

“La reina no se deja aconsejar y nunca protesta. Pero es inflexible con el servicio, si ve que una prenda no está bien planchada, no dice nada, se limita a tirarla al suelo”, explica Pilar Eyre en su blog de la revista Lecturas.

Pilar Eyre define a la emérita como una mujer “de fuerte carácter y muy reina”. Aunque no regañaba a sus trabajadores, cuando no estaba contenta, sus gestos hablaban por sí solos y sabías perfectamente que algo iba mal. “Si le dabas un tirón sin querer, no te decía nada, pero la mirada… buf, la mirada…”, explicó una de sus peluqueras. 

Aunque ahora mismo la reina es Letizia, Sofía le recuerda la jerarquía, que hay que respetar. Ella es emérita y por este motivo pide que se le sigan haciendo reverencias, se le hable de usted y se le llame alteza. Y no solo a las visitas, también a sus familiares, como a sus ocho nietos, o a la mismísima Letizia