El fabuloso best seller de Pilar Eyre Yo, el rey sigue encabezando las listas de los libros más vendidos. La biografía novelada de Juan Carlos es una maravilla donde se explica todo sobre el Borbón. La fascinación por un personaje como el rey fugado es comprensible. Pero lo que es incomprensible y digno de estudio es el servilismo enfermizo que hay en este país hacia alguien que ha dilapidado fortunas conseguidas con el dinero de todo el mundo en festines, viajes, hoteles y amantes. Pero Spain is different. También con respecto a genuflexiones hacia la familia real.

Juan Carlos gafas|ojeras de sol GTRES

Juan Carlos (GTRES)

El vasallaje que hay en este país es de traca. Sólo hay que escuchar esta mañana a la presidenta madrileña haciéndole un traje de saliva al emérito:

De vergüencita ajena. Juan Carlos ya se puede haber marchado a Abu Dhabi con las manos llenas, ya puede ser investigado por escándalos financieros en cuentas suizas, ya puede ir a tutiplén gastando el dinero de tarjetas black, ya puede tomarle el pelo a los ciudadanos haciendo ahora pagos millonarios a Hacienda transformando un delito en una declaración voluntaria, incluso, ya puede llegar el día que lo metan en chirona, que continuará habiendo defensores de la patria con tufo de rancio que darán la vida por él y se pondrán la capa de defensores del pobrecito Juan Carlos al grito de ¡V.E.R.D.E.!. Es lo que tiene este país de pandereta acostumbrado a tener tantas personas con contracturas en las cervicales de tanto como se inclinan cuando ven pasar a un Borbón.

joan carles saluda EP

Juan Carlos (EP)

La guinda del pastel la acaba de revelar la misma Pilar Eyre. La escritora explica en redes que ha hablado con un amigo del monarca. Y lo que le ha confesado, aparte de ser lamentable, dice muy poco de un país como España:  "tú no sabes la cantidad de ricos que son capaces de dar fortunas al rey a cambio tan sólo de estar a su lado o tenerlo invitado en su casa"... Servilismo vomitivo que algunos han lamentado:

Así es España: un país donde los borbónicos dan incluso más vergüenza que los mismos Borbones.