La controversia entre Miguel Ángel Revilla y el rey emérito Juan Carlos I ha sacudido los cimientos de la institución monárquica en este 2025. Lo que comenzó como una crítica pública del expresidente cántabro ha terminado en los tribunales, después de que el emérito presentara una querella por vulneración del honor. Pero la respuesta no se ha hecho esperar, y en esta ocasión, Revilla no está solo: Letizia ha decidido tomar partido.

El hecho de que Juan Carlos I haya actuado por su cuenta, sin consultar a Felipe VI ni a su equipo de confianza, ha generado un profundo malestar en Zarzuela. Es la primera vez en la historia reciente que un miembro de la familia real demanda directamente a un ciudadano por unas declaraciones públicas. Felipe VI, visiblemente molesto, ha tratado por todos los medios de convencer a su padre para que retire la denuncia, sin éxito.

Miguel Ángel Revilla i Joan Carles I
Miguel Ángel Revilla y Juan Carlos I

Enfrentamiento entre Juan Carlos I y Miguel Ángel Revilla

Mientras tanto, Revilla no se ha quedado callado. Desde la Feria del Libro de Madrid, afirmó sentirse “tranquilo y respaldado” por la ciudadanía. El político cántabro sostiene que lo dicho es “su verdad”, y que su único juez real es el pueblo que le apoya en la calle. “Esta batalla la he ganado donde más me importa”, sentenció ante los medios, sin mostrar el más mínimo temor ante una posible condena.

En este contexto, y a espaldas del emérito, Letizia ha decidido intervenir de forma sutil pero clara. Personas del entorno de la reina han hecho llegar a Revilla un mensaje: tiene su apoyo. Lejos de alinearse con el padre de su marido, Letizia respalda la valentía del exlíder regional y considera que esta acción legal es un nuevo error del emérito, que solo añade leña al desgaste de su imagen.

Letícia en els Jocs Olímpics
Letizia en los Juegos Olímpicos

La reina Letizia apoya a Miguel Ángel Revilla

No es ningún secreto que Letizia nunca ha tenido buena sintonía con Juan Carlos I. De hecho, fuentes cercanas a la Casa Real aseguran que fue una de las voces más firmes a favor de su abdicación y posterior exilio en Abu Dabi. Para la reina consorte, este nuevo movimiento es un acto que califica como “suicida” para la imagen pública de la monarquía.

En contraste, Felipe VI ha optado por mantener la diplomacia. A través de intermediarios, ha trasladado a Revilla su deseo de no escalar la polémica y de no hacer más declaraciones que puedan agravar la situación. Incluso ha justificado la actitud de su padre apelando a su delicado estado de salud.

Pero Letizia piensa diferente. Para ella, callar ahora sería legitimar un uso indebido del poder por parte de quien ya no lo ostenta. Y en ese sentido, cree que Revilla debe seguir defendiendo su posición sin vacilar.