Se acabó. La travesía del buque escuela Juan Sebastián Elcano con la princesa Leonor a bordo se terminó este miércoles 4 de junio, un día antes de lo previsto. La embarcación llegará a Nueva York, la última escala antes de volver a España. Aunque este regreso ya será sin la princesa, que volverá en avión.

Un viaje cuyo final ha estado marcado por la tensión emocional y una ruptura sentimental que ha hecho ruido incluso en alta mar. La heredera al trono había protagonizado una discreta pero comentada historia de amor con un joven guardiamarina madrileño bien posicionado socialmente. Todo indicaba que su conexión, forjada en los primeros compases de la instrucción militar, iba viento en popa. Juntos fueron vistos en salidas privadas, compartiendo confidencias y complicidad. Sin embargo, este amor surgido en alta mar ha terminado en naufragio.

Elionor a l'Uruguai
Leonor en Uruguay

El 'amigo especial’ de Leonor estalla de celos

El detonante ha sido una fuerte discusión por celos, ocurrida a bordo, cuando navegaban rumbo a Nueva York. El joven no encajó bien que Leonor quisiera reencontrarse con Gabriel, su exnovio del internado en Gales.

Aunque ese capítulo se cerró por la distancia, Leonor quería aprovechar su escala en Nueva York, donde reside. Unos deseos ante los cuales el guardiamarina mostró un carácter posesivo y controlador que Leonor no estaba dispuesta a tolerar.

Leonor ya venía sospechando

Según fuentes cercanas al buque, la princesa ya había empezado a notar ciertas actitudes preocupantes. Su pareja insistía en aparecer junto a ella en fotografías, buscaba protagonismo en los actos comunes y, en privado, mostraba una actitud invasiva, que no pasó desapercibida para su entorno. Incluso en Zarzuela se veían con recelo los avances de esta relación. Tanto el rey Felipe VI como Letizia preferían prudencia.

Elionor i el seu 'amic especial' / 'Bunte'
Leonor y su amigo especial / 'Bunte'

Tras el conflicto, Leonor habría tomado una decisión clara: romper la relación antes de que el viaje llegara a su fin. No habrá despedidas en puerto, ni último paseo juntos por la Gran Manzana. Ella bajó del barco antes que él, en todos los sentidos. El regreso a España no será solo el final de una misión formativa, sino también el cierre de un vínculo que se desgastó antes de llegar a tierra firme.