La princesa Leonor ya ha terminado su etapa en el Juan Sebastián de Elcano. Han pasado casi cinco meses desde que, el pasado 11 de enero, la heredera se embarcó en el buque escuela. En este tiempo, ha recorrido 17.000 millas náuticas y ha visitado 8 países. El viaje terminó este miércoles 4 de junio, cuando ha hecho escala en Nueva York. Allí pasará unos días antes de volver a España. Lo hará en avión, mientras que el resto de tripulantes y guardiamarinas lo harán por mar.

Hasta ahora, esta ha sido la etapa más dura de su formación militar. Sin embargo, no ha sido nada con lo que le espera en España. Si su paso por el Elcano ha sido duro y ha tenido problemas, veremos lo que es capaz de hacer en el Blas de Lezo, un barco que nada tiene que ver con el Elcano. Aquí no tienen cabida ni los mareos ni los bajos estados de forma.

El Juan Sebastián Elcano arribant al port de Panamà
Juan Sebastián Elcano

A la princesa Leonor le espera la etapa más dura de su formación en la Armada Española

La fragata Blas de Lezo (F-103) es uno de los buques de guerra más modernos de la Armada Española. A diferencia del Elcano, un barco escuela con un enfoque más representativo, protocolario y de cara a la galería, el Blas de Lezo opera como buque de combate real. Forma parte de la serie F-100, diseñada para misiones internacionales y equipada con tecnología de última generación

En esta nueva fase, Leonor formará parte de la dotación como guardiamarina y desarrollará funciones prácticas en condiciones muy diferentes a las vividas durante su travesía por el Atlántico. Aprenderá a navegar siguiendo procedimientos tácticos, a realizar maniobras de abordaje, y a operar en áreas sensibles del buque como el centro de control de gobierno, donde se coordinan las acciones del navío.

Fragata Blas de Lezo / Europa Press
Fragata Blas de Lezo / Europa Press

La princesa Leonor afronta su etapa de máxima exigencia

Además, la princesa participará en ejercicios de sistema de combate, incluyendo prácticas de lanzamiento de misiles, entrenamiento con armamento y control de plataformas. También estará expuesta a protocolos de aprovisionamiento en alta mar, formación en maquinaria naval, y rotaciones de guardia que la pondrán en contacto directo con la rutina operativa del personal.

También será muy diferente la exigencia diaria. En el Blas de Lezo, el ritmo de trabajo es constante, con turnos prolongados, horarios estrictos y pocas concesiones. La convivencia se desarrolla en espacios reducidos, y la dinámica interna requiere un alto grado de coordinación, disciplina y liderazgo. Como decíamos, nada que ver con el Elcano.

Está previsto que Leonor asuma también el papel de oficial de brigada, lo que implica la supervisión de un pequeño grupo de marineros. En este contexto, deberá poner en práctica no solo sus conocimientos técnicos, sino también habilidades de mando, gestión de equipo y capacidad de decisión.