El día de celebración de los 10 años de Felipe como rey fue como una boda gitana, largo y con sucesión de acontecimientos. Hasta 5 actos oficiales del mediodía a la noche: cambio de guardia desde el balcón, entrega de galardones a la sociedad civil, comida con brindis de las niñas, por la tarde un paseo con jóvenes por el Palacio contemplando una expo de fotos y de noche fin de fiesta en el mapping de la fachada del Palacio. Un show bien orquestado donde lo mejor fue lo más pequeño: el discurso de las hijas en el brindis, Leonor y Sofía leyendo un texto del móvil de Leonor que escondía dentro del bolso. Tan infantil y natural ("papá y mamá" con voz pija) que fue lo mejor. Leonor se consagró como el valor más potente de la Corona, por encima no ya de Letizia sino de Felipe, y Sofía dejó claro que más que hermana de Leonor parece su gemela. Son como siamesas, Sofía es la sustituta perfecta por si hace falta. Un exjefe de Zarzuela dejó dicho que Sofía tiene prohibido ingresar en una empresa como hicieron sus tías infantas. Ni La Caixa ni Mapfre: a servir, a ser muleta de Leonor y a sustituirla si hace falta. Son las hermanas perfectas. Y se complementan, Sofía es más natural, Leonor más formal.
A la pequeña la dejaron lucir tacones por primera vez. Con 17 años y después de un año fuera de casa, ya le toca ejercer de adulta. Será mayor de edad en los próximos meses y le toca. La infanta es más de camisas de cuadros y tejanos pero por la noche prefirió un blanco discreto y pocos complementos. En cambio, Leonor, para salir del look militar, optó por un vestido de tirantes, bolso de mano, maquillaje, sonrisa excesivamente blanqueada (todavía tiene complejo por su dentadura falsa) y un detalle no menor: el joyero real. La princesa está destinada a lucir todas las piedras preciosas de la dinastía Borbón, mucho más que Letizia que no las tiene, se las prestan. Leonor será reina Borbón no consorte sino por herencia y le toca toda la pedrería cara. Para un día como el 19 de junio, aniversario de su madre que cumplió 10 años de reina, escogió joyas muy particulares. Para el look de día, con el traje rojo de Roberto Verino, escogió, según Vanitatis "unos pendientes de Gold & Roses, una de las firmas favoritas de la Reina, realizado en oro rosa, diamantes y rubíes. Lució un anillo a juego realizado en oro blanco de 18 quilates, rubíes de 0,64 cts. y diamantes, con una original forma cuadrada. Su precio ronda los 1.400 euros, y tiene toda la pinta de que también es propiedad de Letizia".
Para el look de noche más informal y con jóvenes de su edad, sin autoridades, Leonor tuvo el acierto de no abrir al joyero real de su madre. Optó por unos sencillos pendientes de bisutería barata: "La heredera eligió para su acto nocturno unas joyas low cost: unos pendientes Accessorize, valorados en solo 10,90 euros. Presentan dos aros irregulares de tamaños distintos, realizados en hierro y zinc, y decorados con circonitas en talla pavé" escribe la experta Nuria Tiburcio que estaba presente en el Palacio Real. Con la melena suelta, los pendientes de bisutería de once euros costaban de identificar:
Leonor consigue estar mejor con bisutería que su madre con diadema de oro y brillantes en una cena de Estado. Leonor es mucho más royal que Letizia y que Sofía. Viste mejor de militar que de civil pero todavía conserva el buen criterio de no hacerse operaciones de cirugía estética. El complejo que tenía, la boca, lo arregló al dentista. El resto, impecable.