Parece que el exilio dorado de Juan Carlos I no solo le ha servido para escapar de los problemas, sino también para ajustar cuentas con su herencia. Después de todo, ya no pesa ningún cargo sobre el emérito. Y ello le ha permitido tomar cartas en el asunto y moverse lo necesario para cerrar dos movimientos estratégicos clave en el testamento que tiene depositado en la notaría de Lausane.
Con la libertad de movimientos que le brinda la falta de responsabilidades oficiales y con la justicia, Juan Carlos ha aprovechado el año 2023 para salir de Abu Dabi y resolver asuntos relacionados con su inmenso patrimonio. La jugada, según cuentan, busca allanar el camino para las infantas Elena y Cristina, quienes heredarán los cerca de dos mil millones de euros acumulados por el padre de Felipe VI.
Juan Carlos I deja lista su herencia
Una parte importante del patrimonio de Juan Carlos se encuentra en Suiza, donde reside la infanta Cristina desde hace años. La elección de este país no es casualidad, ya que la reina Victoria Eugenia, antecesora en la familia, también hizo su testamento en la misma notaría de Lausane en 1963. Por ende, el emérito ha decidido que este será el lugar donde se llevará a cabo el reparto de su fortuna tras su eventual fallecimiento, siguiendo la tradición familiar.
El motivo de que la herencia se gestione fuera de España es hacerlo al margen de la Hacienda Pública. "Las gestiones pertinentes se llevarán a cabo desde Suiza y Reino Unido, donde están las cuentas de Juan Carlos y de donde proceden los bancos que las llevan", informa 'El Cierre Digital'.

Esto explicaría la elección de residencia de la infanta Cristina en Ginebra, un movimiento destinado a mantener el dinero alejado de las garras del fisco español. Con su residencia en Suiza, no tendrá que rendir cuentas con la Agencia Tributaria.
Distinto es el caso de la infanta Elena. Aunque la hermana mayor del rey Felipe VI ha encontrado una manera de sortear las obligaciones fiscales mediante su hijo, Froilán, que al vivir en Abu Dabi, podría ejercer de testaferro y poner a su madre como administradora única de la fortuna sin que Hacienda vea ni un euro. Asimismo, los nietos Marichalar y Urdangarin también recibirán una pequeña parte.
Dos cambios en el testamento de Juan Carlos I
Pero este no es el testamento que Juan Carlos diseñó en un inicio. Hasta hace unos meses, el rey Felipe VI también figuraba como heredero de Juan Carlos, pero las tornas han cambiado. El Jefe de Estado decidió renunciar públicamente a su parte de la herencia después de que salieran a la luz informaciones polémicas sobre el patrimonio del emérito, y este último acabó abdicando. Ni él ni sus hijas recibirán un solo euro.
Por otro lado, la reina emérita Sofía ha entrado en el reparto de la herencia. Recibirá una pequeña parte en reconocimiento a su vida compartida con Juan Carlos y al servicio de España.