No es ningún secreto que Juan Carlos I heredó la fama de los Borbones con las mujeres. Era todo un seductor. No era hombre de una sola mujer, y menos con la reina Sofía, a la que nunca amó, solo se casó por obligación. Mientras la emérita pensaba que estaba enamorado de ella, el emérito la engañaba con otras mujeres. Se especula que podría haberse ido a la cama con más de 5.000 mujeres. Un número que se ha reducido en la actualidad debido a su edad y sus problemas de movilidad, pero aún así continúa ascendiendo. Muchas de las mujeres con las que mantenía relaciones íntimas eran prostitutas de lujo, las pagaba con fondos públicos. Solo hay tres mujeres que conquistaron su corazón y le hicieron perder la cabeza: Marta Gayá, Bárbara Rey y Corinna Larsen.

El emérito viajaba para verlas, con algunas se escondía en El Pardo, o en sus casas. Sus personas de confianza le encubrían. Sin embargo, donde mejor se lo pasaba era en Palma de Mallorca. Sus veranos en la isla balear fueron inolvidables. Aunque la reina Sofía también estaba en Marivent, él se marchaba a navegar con su grupo de amigos en su lujoso yate. Allí se desmadraba en grandes fiestas en las que no faltaban mujeres muy atractivas.

Sofía y Juan Carlos gtres
Sofía y Juan Carlos gtres

La reina Sofía descubrió las fiestas con mujeres en el yate 

Uno de sus amigos íntimos que siempre estaba presente en estas fiestas era Tchokotua, casado con Marieta Salas Zaforteza, hija de Pedro Salas, expresidente de la Diputación mallorquina y empresario de éxito. De hecho, fue Salas padre quien gracias a Tchokotua consiguió Marivent en 1973 para los reyes. 'Zou' desapareció del mapa mallorquín en 1978, cuando un famoso caso de estafa inmobiliaria le obligó a exiliarse en Suiza y Marruecos. La amistad continuó, pero en yates y fiestas privadas sin vigilancia policial.

Juan Carlos en el avión
Juan Carlos en el avión

Otro de los amigos de Juan Carlos y Zourab Tchokotua era Richard Cross, que falleció en 2008. Era el patrón del yate Fortuna. Los tres surcaban los mares acompañados de atractivas mujeres. Lo que pasaba en ese barco era totalmente secreto.

No obstante, en una ocasión la reina Sofía descubrió que Juan Carlos se veía con otras mujeres en el ‘Fortuna’. Cogió una lancha motora y se personó en el barco por sorpresa, sin embargo ya habían avisado al emérito y tiraba a las mujeres por la borda, la Guarda Civil las recogía. Las autoridades de la isla siempre han remado a favor del entonces rey de España. Eran los únicos que sabían dónde se escondía la embarcación y que sucedía en su interior.