Juan Carlos I preocupó a todos el pasado mes de marzo al desaparecer de forma misteriosa de las regatas celebradas en Sanxenxo. Su barco ya estaba listo para zarpar y los medios de comunicación estaban a la espera de su llegada, pero a última hora se anuló la visita, algo que no había sucedido en décadas. El emérito salió de Abu Dabi, pero tuvo que desviarse hasta Sanxenxo por una urgencia médica. Son unos cuantos los problemas de salud del padre de Felipe VI, entre ellos los problemas de movilidad, y normalmente se trata en Suiza, donde están algunos de los mejores especialistas. Ingresó en el Hospital La Tour de forma discreta para someterse a una intervención quirúrgica que en un principio no revestía dificultad.
El padre de la infanta Elena debía cambiarse las pilas del marcapasos. Sufre insuficiencia cardiaca. Fue Informalia quien destapó que debía cambiarse las pilas del marcapasos. Una intervención de una hora de duración como máximo y sin anestesia general. Estaba despierto y consciente en todo momento. Debido a su avanzada edad, se tomó la decisión de dejarle ingresado un par de días para observar su evolución, mientras tanto también se le sometió a algunas pruebas por sus problemas de movilidad.
Juan Carlos I tiene miedo a morir solo
Hace más de una década que Juan Carlos I sufre fuertes dolores que le impiden caminar con normalidad. Ha empeorado mucho el ritmo. Desde que sufrió una caída en Botswana, el centro de la polémica, no ha vuelto a ser el mismo. Se ha sometido a más de una decena de operaciones de cadera y rodillas, sin mucho éxito. También se ha sometido a todo tipo de tratamientos de medicina regenerativa con células madre, pero tampoco surten un gran efecto. Su artrosis avanzada de forma muy rápida y juega en su contra. Se podría volver a operar, pero los médicos le han comunicado que ya es muy mayor y la intervención sería delicada y la recuperación imposible.
Los problemas de movilidad añadidos a sus problemas de corazón hacen que el emérito esté muy preocupado por su salud. Ni los mejores médicos ponen la solución, y es que ahora ha comprobado que ni tan siquiera él es inmortal. Juan Carlos I ya ha hablado con sus hijos y ha pedido cosas que probablemente no sucedan. Querría tener un funeral de Estado como la reina Isabel II, pero es imposible porque ya no pertenece a la corona, y enterrarse en la cripta de El Escorial, pero ya no hay sitio.