Irene Urdangarin es la benjamina de la familia. Cuando Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina se separaron ella estaba en plena adolescencia, todavía era menor de edad. No era conocedora de los problemas de sus padres, pero nunca ha perdonado a su padre que haya engañado a su madre con otra mujer, cree que las cosas no se hacen así y no es el mejor ejemplo para nadie. Ella era la única que vivía en ese momento con Cristina en Ginebra y la vio llorar en muchas ocasiones, apenas comía ni dormía. Su estado anímico le preocupó tanto que no pensaba en otra cosa y empeoró en sus estudios. Desde la separación, la dirección del centro se reunió en varias ocasiones con la infanta para hablar sobre su hija y la posibilidad de repetir curso.

La benjamina de la familia culpa a Iñaki Urdangarin prácticamente de todo, incluso de que finalmente no consiguiese superar las pruebas de acceso a la universidad de Lausana. Irene no le quería ver, viajó hasta Camboya en compañía de Ainhoa Armentia mientras realizaba el voluntariado y les echó de malas formas. No quería verle nunca más.
Irene Urdangarin no tiene relación con los hijos de Ainhoa Armentia
En las últimas navidades Iñaki Urdangarin consiguió por fin reunir a sus cuatro hijos con los dos hijos adolescentes de Ainhoa Armentia, pero aquella cena navideña fue un completo desastre. Había mucha tensión en el ambiente y se notaban las diferencias entre los Urdangarin y los Armentia. No hay ningún tipo de relación, por no hablar de Irene Urdangarin, que ni tan siquiera se acerca a ellos, los trata con desprecio y ni les habla. La relación es totalmente nula. Irene quiere dejar claro a su padre que esa no es su familia y nunca lo será.
Irene Urdangarin solo saluda de forma cordial a Ainhoa Armentia, no tiene más trato con ella. Y m mucho menos con sus dos hijos. El único que tiene una mínima relación con la abogada es Pablo Urdangarin. Pero parece que los cuatro hijos de Iñaki Urdangarin ya son muy mayores y esto de tener dos nuevos ‘hermanos’ adolescentes les ha pillado demasiado adultos.
El sueño de Iñaki Urdangarin es que sus hijos se llevasen bien con los hijos de Ainhoa Armentia y juntos formasen una familia feliz y unida, pero parece que no será posible, como tampoco su otro sueño de tener un hijo en común con la abogada.
