La infanta Sofía comienza una nueva y decisiva etapa en su vida. La joven hija de los reyes Felipe VI y Letizia ha dejado atrás los muros de Zarzuela y los pasillos del elitista internado UWC Atlantic College de Gales para instalarse en Lisboa, donde cursará Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en el prestigioso Forward College. Sin embargo, lo que debía ser un nuevo comienzo viene marcado por una sombra que pocos esperaban: Sofía no compartirá habitación este curso. Y no por decisión institucional, sino por un motivo mucho más terrenal y polémico: su última convivencia acabó de forma desastrosa.

Durante su estancia en Gales, Sofía vivió una experiencia de independencia que muchos interpretaron como el primer paso hacia su madurez. Pero, según fuentes cercanas a sus antiguos compañeros, esa independencia terminó generando un conflicto que todavía resuena en su entorno. “Terminó muy mal con su última compañera. No se soportaban”, comenta una voz que coincidió con ella en el internado. Al parecer, la infanta heredó el fuerte carácter de la reina Letizia, con quien mantiene una relación compleja marcada por las normas y la rigidez en Palacio.

La infanta Sofía en la entrega de Reales Despachos en la Academia Naval de Marín

Sofía de Borbón se instala sola en Lisboa: adiós a Zarzuela y a las normas

Lejos de la dulzura que muchos esperaban, Sofía mostró un temperamento firme y poco conciliador. Se dice que era difícil mantener una conversación sin que surgieran tensiones, lo que provocó el distanciamiento progresivo de quienes compartían con ella su día a día. El conflicto con su roomie fue el punto de no retorno, un episodio que terminó por convencer a Casa Real de que, al iniciar su vida universitaria, lo mejor sería ofrecerle su propio espacio.

El pasado mes de septiembre, la infanta puso rumbo a Lisboa, donde inició una formación que la llevará por tres países europeos durante los próximos cinco años. Allí, lejos de los rígidos protocolos de su madre, vivirá en las dependencias universitarias del Forward College, en el tradicional barrio de Chiado, un enclave conocido por su ambiente artístico y sus calles adoquinadas. Y aunque otros estudiantes comparten vivienda para fomentar la convivencia, Sofía vivirá completamente sola. Esta disposición no es un trato especial, sino una medida de precaución impuesta por la Casa Real para evitar cualquier nuevo escándalo o controversia, buscando así proteger la imagen de la monarquía tras los problemas surgidos durante su anterior estancia en Gales.

Leonor y la infanta Sofía en Girona

Una joven Borbón con carácter y una libertad vigilada

Pese a su juventud, Sofía parece decidida a marcar su propio camino. A diferencia de su hermana Leonor, no realizará formación militar ni vivirá bajo la estricta mirada de los reyes en Zarzuela. Letizia, aunque aprueba su independencia académica, mantiene una vigilancia discreta sobre su dieta, su entorno y sus movimientos, repitiendo las estrategias de control que tantos roces generaron entre madre e hija.

Quienes la conocen aseguran que Sofía no soporta las imposiciones, ni dentro ni fuera del Palacio. En Gales disfrutó de una libertad inédita, pero también de las primeras tensiones derivadas de su fuerte temperamento. Ahora, en Lisboa, aspira a demostrar que puede desenvolverse sola, aunque su vida seguirá marcada por el apellido Borbón y la inevitable comparación con su hermana, la heredera al trono.

En un entorno donde la discreción es oro, su comportamiento ya genera comentarios entre los estudiantes portugueses. Algunos la describen como reservada y distante, otros aseguran que es simpática pero imprevisible, capaz de cambiar de humor en cuestión de minutos.