Las infantas Elena y Cristina no han sido demasiado afortunadas en el amor. Sus historias amorosas han estado marcada por altibajos, desengaños y secretos que pocas veces han salido a la luz. Mientras Elena vivía su juventud antes del matrimonio con Jaime de Marichalar, su vida sentimental fue intensa y complicada. Relaciones pasajeras, pretendientes que se alejaban y la presión constante de ser miembro de la Corona hicieron que sus vínculos afectivos fueran difíciles de mantener.

La primogénita de los reyes eméritos ha sido descrita como alguien con una personalidad fuerte y un carácter a veces soberbio. Su vida llena de compromisos, actos públicos y responsabilidades complicaba cualquier intento de relación normal.

Jaime de Marichalar y Elena de Borbón

Las infantas Elena y Cristina no tuvieron suerte con Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin

Como contó Cayetano Martínez de Irujo en una entrevista, salir con Elena requería más que cariño: implicaba resistir la atención mediática y las exigencias del entorno real. “No era lo que buscaba ni quería”, afirmó sobre su experiencia. Solo Jaime de Marichalar mostró intención de construir un hogar estable con ella. El matrimonio se consumó en 1995, pero tras catorce años de convivencia, diferencias irreconciliables los llevaron al divorcio en 2009.

Cristina, por su parte, también tuvo desafíos amorosos. Su historia con Iñaki Urdangarin es ampliamente conocida y terminó empañada por el caso Nóos. Antes de Urdangarin, la infanta tuvo amores que no llegaron a buen puerto. Uno de ellos fue Jesús Rollán, portero de waterpolo, con quien compartió una relación intensa y emocional. La conexión fue profunda, pero nunca duradera; Rollán tenía otra pareja y más tarde falleció trágicamente, dejando una huella imborrable en la vida de Cristina.

Jesús Rollán, Urdangarin y la infanta Cristina

En épocas diferentes, pero compartieron amante

Sin embargo, detrás de estas historias más visibles, surgieron episodios menos conocidos y muy sorprendentes. Según relató Joaquín Abad, ambas hermanas compartieron un romance secreto con la misma persona: un escolta de Zarzuela.

No fue algo simultáneo. Primero ocurrió con una, luego con la otra. Pero la coincidencia resulta impactante, considerando la discreción que ambas mantenían en su vida privada. Estos encuentros se produjeron lejos del ojo público, y evidencian cómo incluso la familia real tiene secretos que permanecen ocultos durante años.