La llegada de Juan Carlos al aeropuerto de Peinador, en Vigo, no solo fue diferente por la mala cara del emérito. Además faltaba gente a pie de pista. Al margen de los operarios aeroportuarios, guardias civiles y ayudantes, solo había dos íntimos esperándolo: el anfitrión Pedro Campos y su mujer brasileña, Cristina Franze. La pareja acoge en casa al residente en Abu Dabi, lo harta de marisco y pescado de primera categoría e incluso se encarga de sus desplazamientos en coche. Son imprescindibles y un gran apoyo, pero la sangre es la sangre. La familia pesa más, por eso sorprende que pasara de él en su retorno. Especialmente una miembro ilustre de la saga, tan ilustre que tenía que ser ella la reina de España y le birlaron la Corona por una decisión machista y humillante: la infanta Elena.

Elena es actualmente la hija preferida. Es una de las grandes destinatarias de su fortuna y le sirve de muleta para hacer la puñeta a Felipe VI y a Letizia. A cambio se ha convertido en el salvador del hijo tarambana Froilán. Hace pocos días los veíamos en Abu Dabi a los tres gracias a una foto con carga de profundidad, provocando a Zarzuela en un día señalado. Son uña y carne, pero la uña ha caído y se han separado en un momento delicado. La ex de Jaime Marichalar cambió de planes a última hora y dejaba plantado a su padre de 85 años. Una decisión sorprendente, en 2022 formaba parte del comité de bienvenida, y todo hacía pensar que en el 23 pasaría lo mismo. Pues no. Hizo novillos.

JUAN CARLOS LLEGANDO A VIGO EN 2022:

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Juan Carlos recibido por la infanta Elena en Vigo en 2022 / Europa Press

JUAN CARLOS LLEGANDO A VIGO EN 2023:

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Juan Carlos con Pedro Campos y su mujer en el aeropuerto de Vigo en 2023 / Europa Press

Elena lejos del padre durante la estancia en Sanxenxo: elige Zaragoza

Mientras Juan Carlos bajaba la escalera del jet privado puesto a su disposición por los jeques árabes, Elena atendía un compromiso a muchos kilómetros de distancia, en Zaragoza. La infanta trabaja como directora de proyectos en la Fundación Mapfre, una entidad que celebraba un acto en el ayuntamiento de la capital de Aragón. En principio no estaba prevista la asistencia de la hermana del rey, pero de repente, tachán, allí estaba. La sonrisa era bastante forzada, la expresión preocupada. Da la impresión que no tenía la cabeza en Zaragoza, más bien pensaba en su padre caído en desgracia, "deshonrado y escandaloso", como dice la prensa del Reino Unido. Quizás le estaban pasando por la cabeza los recuerdos de un año atrás. Elena disfrutó como una niña con zapatos nuevos del show a la mayor gloria de su progenitor.

Infanta Elena EFE
La infanta Elena en Zaragoza / EFE

Felipe gana la partida, todos a echar. Juan Carlos, Pedro Campos y la infanta obedecen

Elena fue una más de las comilonas, regatas y baños de masas que protagonizaron la escapada de Juan Carlos en 2022. Formó parte del circo y en primera fila, pensando que eran intocables. Que nadie diría ni mú en la institución monárquica ni en Moncloa, que sufrían por el comportamiento del personaje más tóxico de la democracia. El tirón de orejas de Felipe y, especialmente, las represalias aplicadas por sus nuevos desafíos han provocado que Juancar baje de revoluciones, se tape y ordene a sus gladiadores que hagan lo mismo. Pedro Campos calla y Elena se queda en casa. Y por lo visto, así será durante toda la estancia gallega, apuntan desde Vanitatis. Castigados.

Alumbra Elena fundación EFE
La infanta Elena, lejos de Juan Carlos / EFE
Juan Carlos coche aeropuerto Vigo EFE
Juan Carlos en el aeropuerto de Vigo / EFE

Tampoco descarten que finalmente Elena se presente en Sanxenxo sin avisar. En su casa son muy de hacer lo que les da la gana, como Froilán o Victoria Federica. Han aprendido mucho de Juan Carlos.