La imagen ha corrido como la pólvora y ha dejado a más de uno con la ceja levantada. Estefanía de Mónaco ha reaparecido y lo ha hecho con un rostro que no ha pasado desapercibido. No por un cambio radical ni por una operación imposible, sino por algo mucho más llamativo como lo es una cara sorprendentemente lisa, sin apenas arrugas visibles y con un maquillaje tan intenso que ha desatado todo tipo de comentarios. Nadie se lo esperaba así.

Durante años, la hermana pequeña del príncipe Alberto ha hecho gala de una imagen libre, rebelde y muy alejada del protocolo clásico del Principado. Estefanía siempre fue la royal que iba por libre, la que rompía moldes y la que no tenía miedo a mostrarse tal cual era, con el paso del tiempo reflejado sin complejos en el rostro. Por eso, este último aspecto ha generado tanto revuelo.

El maquillaje que lo ha cambiado todo

Lo que más ha llamado la atención no ha sido solo la ausencia casi total de líneas de expresión, sino la sensación de rigidez que transmite su cara. Base espesa, iluminadores en exceso y un acabado tan pulido que parece una máscara. El resultado es un rostro irreconocible para muchos, muy alejado de aquella Estefanía natural que presumía de arrugas y gestos marcados.

Estefanía de Mónaco

Las bolsas bajo los ojos y una expresión cansada contrastan con esa piel aparentemente perfecta, lo que ha llevado a muchos a hablar de una imagen forzada, poco habitual en ella. Y es que, lejos de rejuvenecerla, el maquillaje extremo ha generado justo el efecto contrario: más comentarios que halagos.

De icono de estilo a sorpresa inesperada

Hubo un tiempo en el que Estefanía marcaba tendencia sin esfuerzo. En el Club Náutico de Mónaco era la reina absoluta, rodeada de celebrities, flashes y miradas que la imitaban todo. Glamour, dulzura y una frescura que la convertían en una de las figuras más admiradas de la realeza europea. Hoy, la escena es bien distinta. La naturalidad que tanto la definió parece haber quedado en segundo plano, dando paso a una imagen mucho más calculada y artificiosa. Y eso, en alguien que siempre hizo bandera de la espontaneidad, sorprende todavía más.

La realidad es que el paso del tiempo no perdona a nadie, ni siquiera a los Grimaldi. Pero cuando una figura acostumbrada a mostrarse sin filtros aparece con un rostro tan transformado, el impacto es inevitable. Así pues, Estefanía vuelve a ser noticia, no por su vida personal ni por un escándalo, sino por una cara que ha dado mucho que hablar y que ha dividido opiniones como pocas veces antes.