El rey Felipe VI enfrenta un problema poco conocido: un trastorno que afecta su higiene personal y que se manifiesta en situaciones de estrés. Se trata de onicofagia, un impulso compulsivo que consiste en morderse las uñas de manera recurrente.

Aunque es relativamente común en muchas personas, en el caso del monarca el hábito ha generado consecuencias visibles. Entre ellas destacan heridas en los dedos, deformaciones en la cutícula y riesgo de infecciones. No es solo un asunto estético. La dermatología y odontología han alertado de que el trastorno puede afectar los dientes, provocando desgaste y sensibilidad dental.

Manos Felipe tiritas Europa Press
Manos Felipe tiritas Europa Press

Felipe sufre un problema crónico desde hace años

En actos públicos, Felipe VI ha sido visto con tiritas en los dedos o con pequeñas lesiones. En muchas ocasiones, los espectadores y la prensa lo han percibido como un descuido o falta de cuidado personal. Sin embargo, los especialistas señalan que se trata de un desorden compulsivo, que se intensifica en periodos de estrés, ansiedad o presión institucional.

Algunos expertos sugieren que su caso podría ir más allá de la onicofagia clásica. Analizando fotografías de cerca, sostienen que Felipe VI no solo se muerde las uñas, sino también la piel alrededor de ellas, un fenómeno conocido como dermatofagia. Esta variante es más agresiva y puede ocasionar inflamaciones, sangrados y cicatrices permanentes. Además, incrementa el riesgo de infecciones cutáneas, complicando aún más la higiene de manos.

detalle manos sangrantes felipe VI Casa Real
Manos de Felipe VI Casa Real

Felipe VI se muerde la piel de los dedos cuando está nervioso 

La reina Letizia también ha notado el problema. Según fuentes cercanas, le genera incomodidad y preocupación por la imagen pública de la Casa Real. En un entorno donde cada gesto y detalle es observado, la onicofagia del monarca se convierte en un asunto de percepción y protocolo. Para Letizia, este hábito desluce la formalidad de los actos institucionales y puede ser interpretado como descuido o nerviosismo.

El tratamiento de esta condición requiere intervención especializada. Psicólogos y dermatólogos coinciden en que la combinación de terapia, control del estrés y cuidados médicos locales puede ayudar a reducir o eliminar el problema. Sin embargo, fuentes cercanas indican que Felipe VI aún no ha buscado asistencia profesional para abordarlo.

Más allá de lo estético, morderse las uñas o la piel es un reflejo de tensión constante y, según los especialistas, puede ser un síntoma de estrés acumulado. La presión de representar la monarquía en un momento de alta vigilancia mediática y decisiones políticas polémicas podría estar potenciando este hábito.