Después de muchos meses separados, con las hijas cada una en la otra punta del mundo, con la mayor haciendo de marinerita a bordo del Juan Sebastián Elcano siguiendo su formación militar, y la pequeña, acabando el bachillerato en el internado de Gales, finalmente los cuatro miembros de la familia real se reencontrarán y protagonizarán un acto oficial juntos. Hace mucho que eso no pasa. Ni más ni menos que 9 meses, que se dice pronto, pero finalmente, dentro de bien poquito los monárquicos volverán a tener reunidos en un mismo acto público a Felipe, Letizia, Leonor y Sofía. Todos juntos el próximo 23 de julio, ni más ni menos que en Catalunya. Concretamente, en Barcelona, en el Gran Teatro del Liceo, que acogerá una nueva entrega de los Premios Princesa de Girona.

Ya ha llovido desde esta imagen. Las hijas de los reyes se están haciendo mayores, y la mayor va teniendo cada vez más responsabilidades y exposición mediática, preparando el terreno. Por eso, sus padres no quieren cometer una distinción demasiado evidente entre sus dos hijas. Sí, Leonor es la princesa que le da nombre, justamente, a los premios en cuestión, Leonor es la heredera, pero Felipe y Letizia no quieren que su hija pequeña, la infanta Sofía, quede demasiado en la sombra, demasiado relegada a un segundo o tercero plano. Es por eso que han tomado una decisión inusual de cara a los premios Princesa de Girona que se entregarán en el Liceo en unos días. Una decisión inesperada, toda una novedad, y que tiene que ver precisamente con el papel que le otorgan a cada una de sus hijas.

Diferentes novedades este año. Por ejemplo, que el encuentro con los premiados, y con premiados de otras ediciones, no se hará como se hacía tradicionalmente hasta ahora, la mañana del mismo día que por la noche se entregan los premios, sino que se hará al día siguiente, para que así cada uno de los actos tenga su protagonismo y relevancia. Lo que sí habrá es un almuerzo, una comida al mediodía con los premiados, con presencia de la familia real, en un hotel de Barcelona. Y aquí es donde reside la principal diferencia con respeto a años anteriores. Y no solo por la comida, sino por la particularidad que habrá mientras los invitados estén comiendo en mesa. Y es que según explica Vanitatis, de boca de los responsables de la Fundació Princesa de Girona, este año la familia real se dividirá por mesas.

¿Qué quiere decir eso? Que cada uno de ellos cuatro ejercerá de anfitrión para el resto de comensales. De esta manera, la infanta Sofía no quedará a la sombra de su hermana mayor y gran protagonista de la jornada, ya que estará sola en la mesa conduciendo la conversación y el papel institucional de los Borbones, como mínimo, durante toda el rato que dure el ágape. Una manera, como decimos, de que no haya más diferencias de las deseadas entre Leonor y Sofía. Eso sí, los monárquicos se quedarán con ganas de ver cómo se desarrolla su hija pequeña, ya que no habrá cobertura para los medios de comunicación, "por lo que nos quedaremos sin ver cómo interactúan tanto ella como su hermana mayor con sus compañeros de mantel".