El rey Felipe estuvo unos días desaparecido en combate después del contagio de covid-19 de alguien muy próximo a él. El rey apareció vía telemática con muy mal aspecto, hasta que pasó la debida cuarentena. El monarca ya ha reaparecido en algún acto institucional, pero un medio, Voz pópuli, se hace eco de una imagen de hace unos días que ha pasado desapercibida.
Necesitamos más que nunca desarrollar entre todos una política euro-mediterránea renovada y activa, adaptada a los retos y oportunidades actuales, dirigida en último término a hacer del Mediterráneo un espacio abierto y dialogante. @UfMSecretariat @MAECgob pic.twitter.com/o7hqs66HII
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) November 27, 2020
Durante la inauguración de la última cumbre euromediterránea de Barcelona, Felipe participó vía telemática. Pero no desde donde es habitual hacerlo, ya sea su despacho oficial y desfasado, cargado de pongos, o alguna zona de Zarzuela destinada a diferentes audiencias. Esta vez Felipe apareció con una gran pintura a sus espaldas que tiene un importante significado.
Felipe (@CasaReal)
Se trata de un cuadro de la artista argentina Sarah Grilo, una pintora que fue muy importante durante el siglo pasado, por ser precursora del figurativismo cubista y que es muy conocida entre los grafiteros por ser la primera que llevó el grafiti a la pintura. Figura clave del arte abstracto iberoamericano de posguerra, ella y su marido, José Antonio Fernández-Muro, trataron a menudo en Argentina con algunos intelectuales españoles exiliados por el franquismo, como Rafael Alberti.
Sarah Grilo
Curiosa la imagen de Felipe ante el grafiti.... es la viva representación de cómo un cuadro de hace muchas décadas es mucho más moderno que un rey en pleno año 2020.